El verano puede ser un plácido paseo por la playa o la montaña, una conversación con los amigos sin reloj, un tostarse ante el sol, la lectura de un libro postergado durante todo el año, comerse un rico helado o, como sucede cuatro años, regalarse interminables sesiones ante la pantalla de la televisión disfrutando de las mejores jugadas en el Mundial de fútbol.
Puede ser eso y también puede ser un mayor tiempo para el silencio, para la solidaridad, para la reflexión, para la formación, para la contemplación de la naturaleza viendo en cada destello de luz un eco oculto de Dios…
Para los que opten por esta segunda opción, como todos los años, Vida Nueva les ofrece una guía muy útil en el Pliego de Actividades de Verano: una amplia gama de cursos, peregrinaciones, encuentros, campamentos o ejercicios espirituales en los que se tiene la oportunidad de vivir un verano diferente: más nutritivo en cuanto que más hondo, con una interioridad que alimenta el alma.
Por su interés, ofrecemos el Pliego también en abierto para todos los internautas.