El Diccionario de la Real Academia define así caleidoscopio: “Tubo ennegrecido interiormente, que encierra dos o tres espejos inclinados y en un extremo dos láminas de vidrio, entre las cuales hay varios objetos de forma irregular, cuyas imágenes se ven multiplicadas simétricamente al ir volteando el tubo, a la vez que se mira por el extremo opuesto”. Después, en la siguiente acepción, indica “conjunto diverso y cambiante”, “un caleidoscopio de estilos”.
Nosotros nos unimos al cambio y a la diversidad, centrándonos en los distintos aspectos o imágenes en torno a María, vibrantes de movimiento y color, como cristales que, unidos, forman el retrato de una mujer elegida por la ternura de Dios para ser su madre. También nos aportan la imagen de una mujer libre y, por tanto, puesta a prueba por sus propias decisiones, por su Sí incondicional. Ella, a través de estos cristales evangélicos, nos brinda sus claves para vivir la fe en Cristo de una forma inspiradora en nuestro día a día.
Requerimiento apasionado
En su novela ‘Jilgueros en la cabeza’ (Khaf), Carmen Guaita nos propone una mirada original al pasaje de la Anunciación. Eulalia Requena, la protagonista, reconocida periodista radiofónica en busca del amor verdadero y atrapada en un mal deseo, que ha escuchado rezar a su solterona tía Petra tantas veces esta oración mariana, concluye: “He aquí la esclava del Señor no es algo que se diga por iniciativa propia, ahora lo comprendo: es la respuesta a un requerimiento apasionado. En la Anunciación es Dios quien elige a María entre todas las mujeres, y ella quien se enajena con ese privilegio y se convierte en sierva. La pobre tía Petra hacía el recorrido inverso: anticipaba la servidumbre para provocar amor, por eso nunca lo consiguió”.
Dios nos requiere de un modo apasionado. Él es el que tiene la iniciativa. Desde la libertad, María y cada uno de nosotros estamos convidados a entrar en el baile de sus propuestas. No hace falta que provoquemos amor. Dios es el provocador. Al entrar en la seducción de su Palabra, quedamos atrapados en una red que es un verdadero trampolín para saltar desde las alturas y no renunciar a los sueños más elevados en la concreción de lo cotidiano a ras de tierra. Altura y pies hechos para encarnarse son parte del misterio de María, también del nuestro.
Nos adentramos, por ello, en el misterio del Sí, nosotros que “hemos sido educados para la ‘acción’ y nunca nos han educado en la ‘pasión’. La clave de la pasividad es el ‘hágase’ de María”, reza un tuit del teólogo Serafín Béjar. O, como destaca Thomas Merton, “María absoluta y enteramente libre estaba en una relación inmediata con Dios, una relación para la que no había ningún precedente”.
Dios quiere hacerse uno de nosotros en la pequeñez, el anonimato, la sencillez del corazón de una mujer del pueblo. Una de tantas, con la misión única de convertirse en la esclava que va a liberar a la humanidad con el fruto bendito de su vientre. ¡Bendita esclavitud de María, que romperá para siempre las cadenas de un mundo roto por el egoísmo y la insolidaridad! Dios se encarna y se hace carne en nuestra historia. Encarnémonos cada día más en las situaciones que más requieren de liberación y consolidación de la dignidad humana.
A diferencia de María, cuando Zacarías recibe la noticia de Gabriel de que será padre de un hijo junto a su esposa Isabel, ambos de avanzada edad, no da crédito a sus palabras (cfr. Lc 1, 20). Por eso, Zacarías enmudece; sin embargo, María se proclama esclava del Señor para vivir desde su Palabra. María puede hablar porque todo en ella habla de Dios y sintoniza con su decir. El misterio se hace noticia cristalina en la joven de Nazaret. No altera su cotidianidad, porque ella está habitada por el Espíritu. El día en que no nos extrañemos de las peticiones que el Señor nos hace se habrá producido probablemente un cambio en nuestras mentes y en nuestros corazones. María, con su Corazón que es experto en acoger la voluntad de Dios, nos muestra un camino nuevo para recibir con sencillez, humildad y alegría lo que Él quiere de nosotros. Gabriel salió complacido de aquel encuentro con aquella muchacha tan de Dios.
Por tanto, en María constatamos con claridad cómo Dios irrumpe en su proyecto personal con una llamada inesperada: ser madre de Jesús. María pide explicaciones. Superada la sorpresa y el temor, escucha a Dios desde lo más profundo de su ser y acepta sin condiciones. Así cambia su proyecto, asume los riesgos, se aventura en la fe. Ahora es nuestro turno, como presiente el protagonista de la novela ‘Entusiasmo’ (Galaxia Gutenberg), de Pablo d’Ors: “Al igual que Ella había engendrado a Jesús, así tendría que engendrarlo yo una vez más, también para darlo al mundo”.
Índice del pliego
- OREJAS DE COLOR NARANJA
- MANERAS DE CONCRETAR LA ESCUCHA
- LOS POBRES NOS “DESCOLOCAN”
- EL CANTO DEL DRAGÓN
- UNAS GOTAS “MÁGICAS”
- CORAZÓN TRASPASADO
- JUNTO A LA CRUZ
- NECESARIA “TRANSFERENCIA”
- PARECERSE A ELLA
- EN EL CAMINO DE LA IGLESIA
- MURILLO, PINTOR DE MARÍA