El 40º aniversario del documento de la Conferencia Episcopal Española ‘Orientaciones pastorales para la enseñanza religiosa escolar, su legitimidad, carácter propio y contenido’, firmado el 11 de junio de 1979 por Elías Yanes, en calidad de presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza, nos proporciona una oportunidad para hacer memoria de aquella transición de la clase de Religión, de la dictadura a la democracia y del catecismo al currículo escolar.
Percibimos como un imperativo moral poner en valor las aportaciones de aquel documento eclesial, tomar conciencia de su evolución, no siempre lineal, y plantear, en la medida de lo posible, su actualidad y futuro.
Desde 1979 no ha habido ningún otro documento oficial sobre la enseñanza de la religión por parte de la Iglesia. En 1998 se publicó otro texto, también de la Comisión Episcopal de Enseñanza, siendo presidente Antonio Dorado, sobre el profesorado de Religión, pero no tenía el alcance ni la novedad que la transición democrática requería, además de poner el acento más en el profesorado que en la identidad de la enseñanza de las religiones. Ambos documentos son los únicos oficiales de la Iglesia sobre la enseñanza de la religión y su profesorado en estos cuarenta años.
Venimos de tiempos pasados en los que la enseñanza religiosa formaba parte, con naturalidad, de la escuela. La presencia de lo religioso en la educación no solo no era cuestionada, sino que era reconocida social y culturalmente, por tanto, también políticamente. Ello era debido, en buena parte, a un modelo social en el que la religión era factor configurador de la cultura y de los regímenes políticos.
En cierto sentido, toda la acción educativa de ese tiempo, especialmente en la educación básica, giraba en torno a los principios de la fe cristiana. Se enmarcaba en una confesionalidad cultural y política que no ha sido una característica exclusiva de España, lo era de todos los países cambiando, en todo caso, la confesión religiosa.
En la España contemporánea, los primeros intentos de configurar una política educativa coherente los encontramos en el siglo XVIII y no fueron ajenos a la Iglesia. Es clásica la referencia a la primera ley educativa de “Instrucción Pública”, en 1857, conocida como la Ley Moyano. La consideración de una escolarización básica como obligatoria es más propia de la segunda mitad que de la primera del siglo XX.
En esta génesis de la política educativa se ha contemplado desde sus inicios, por el contexto de confesionalidad, una presencia de lo religioso en la educación que iba más allá de la religión como asignatura fundamental. Una asignatura que, por supuesto, era obligatoria y que podemos denominarla por sus contenidos y métodos como catecismo. En general, las escuelas eran un lugar en el que se promovía la educación cristiana de los alumnos.
Con el impacto de la secularización, de una naciente separación de la política y la religión, a partir de finales del siglo XIX surgió en España una nueva controversia sobre la presencia de la religión en la sociedad y, por consiguiente, en la escuela, hasta entonces un factor predominante. Se daban los primeros pasos para una legítima separación de la Iglesia y el Estado, que superaba, por una parte, el monopolio que lo religioso había ejercido sobre la cultura, la sociedad y hasta la política; y, por otra parte, se abría paso la necesaria autonomía del mundo ante lo religioso.
Las relaciones entre religión y escuela, con la controversia abierta ya a finales del siglo XIX, adquieren en España un tono de mayor conflictividad con la llegada de la Segunda República (1931-1936), que comenzó por declarar el derecho a la libertad de conciencia y, como consecuencia, suprimió la obligatoriedad de la enseñanza religiosa, pero acabó imponiendo una escuela única y laica excluyendo la religión católica de la educación.
En este régimen democrático, lo religioso verá recortada su influencia tanto en la sociedad como en la escuela. Sin embargo, se abriría paso el reconocimiento de una formación religiosa si los padres lo solicitaran, pero siempre fuera del horario escolar. (…)
Índice del Pliego
I. LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ANTES DE LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA
- Confesionalidad en la sociedad y en la escuela
- Confesionalidad en la dictadura franquista
- La enseñanza religiosa como catecismo obligatorio
II. LOS FACTORES DEL CAMBIO
- Cambios en la Iglesia: Concilio Vaticano II
- Cambios en la sociedad: Constitución de 1978
- Resultado de los cambios eclesiales y sociales: Acuerdos de 1979
III. UN NUEVO CONCEPTO DE ENSEÑANZA DE LA RELIGIÓN
- Dos fuentes de inspiración
- Las finalidades educativas de la nueva ERE
- La enseñanza de la religión como área curricular
IV. LA CLASE DE RELIGIÓN COMO PROBLEMA POLÍTICO
V. CAMINOS DE FUTURO PARA LA CLASE DE RELIGIÓN