(Isabel Urrutia- Periodista) En los últimos 60 años, se calcula que entre 700 y 900 misioneros han salido del País Vasco para consagrar buena parte de sus vidas a llevar el Evangelio por todo el mundo. Atrás han quedado ya los tiempos en que se contaban a cientos los seminaristas de cada una de las diócesis vascas. A día de hoy, entre las tres, sólo suman cuatro. Su Iglesia, en la encrucijada, entra en una nueva etapa, con expectativas muy diversas y una única certeza: los sacerdotes del futuro serán bien distintos a sus antecesores. Así lo entienden los profesores de Teología, Sociología o Ciencias Políticas consultados, así como los propios obispos del lugar, entre ellos, el todavía titular de San Sebastián, Juan María Uriarte, quien, en una interesante entrevista, trata de desvelar algunas de las claves de dicha penuria vocacional.
Pliego íntegro, en el nº 2.632 de Vida Nueva (del 17 al 23 de octubre de 2008).