Pliego
Portadilla del Pliego, nº 3.375
Nº 3.375

Evangelizar persona a persona

El pasado 24 de noviembre se cumplieron diez años de la exhortación apostólica ‘Evangelii gaudium’, en la que el papa Francisco, en los comienzos de su ministerio petrino, nos exponía sus ideas, sus “sueños” y sus anhelos para la Iglesia, en forma de programa para el naciente pontificado.



Las dos palabras del título constituyen el hilo conductor de todo el documento. El Evangelio se refiere al encuentro con la persona de Jesús (EG 1), que configura la vida del creyente y sustenta el ser y el quehacer de la Iglesia. El gozo es el signo distintivo de este encuentro.

El gozo y la alegría

Desde el “primer anuncio”, con el que comienza la vida cristiana de la persona no evangelizada, hasta la evangelización de las culturas, que es una tarea colectiva (EG 122), todo está impregnado de un gozo indescriptible, signo de la acción de Dios. Allí donde el evangelio de Jesucristo se hace presente y se encarna, sea en individuos concretos o sea en la cultura de un pueblo, el panorama deja de ser sombrío y problemático. El gozo y la alegría toman la delantera.

Pablo VI comienza por definir la evangelización de una manera escueta y sencilla: “Anuncio de Cristo a aquellos que lo ignoran” (EN 17). No se refiere el Papa a una ignorancia conceptual, de meras ideas. Es una ignorancia vital, una situación anímica que incluso puede derivar en rechazo y hostilidad.

Encuentro personal

Por eso, Francisco hablará del “encuentro personal con Jesucristo” (o reencuentro): “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora su encuentro personal con Jesucristo, o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso” (EG 3).

Papa Francisco Firmando Un Documento

El papa Francisco firma uno de sus documentos magisteriales

Este es el objetivo que la Iglesia nos propone con las palabras “primer anuncio”. No suele ser un hecho puntual y definitivo; se trata, más bien, de un proceso que va desde la nula o poca creencia hasta la fe decidida en Jesucristo por medio de un anuncio explícito y continuado del Evangelio realizado a lo largo de un período en la vida del candidato por parte de cristianos testigos convencidos.

Anuncio principal

A este “primer anuncio” o “kerigma” se le llama “primero” no porque esté al comienzo de una larga lista, sino en un sentido cualitativo, porque es el anuncio principal al que el evangelizado habrá de volver permanentemente como la referencia que marcó su vida.

No es una fórmula que haya de aprender, sino una relación personal con Cristo, un programa de vida que el papa Francisco lo expresa de la siguiente manera: “Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte. Y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte” (EG 164). Lo que importa son los contenidos, no la exactitud de las palabras (cf. EG 129).

Proceso dinámico

Pablo VI señala que “la evangelización es un paso complejo, con elementos variados: renovación de la humanidad, testimonio, anuncio explícito, adhesión del corazón, entrada en la comunidad, acogida de los signos, iniciativas de apostolado” (EN 24). Nos habla de “un paso complejo”, dando a entender que no se trata de un acto simple y único, sino de un proceso dinámico en el que confluyen elementos variados.

Estos no se presentan necesariamente en un orden cronológico y sucesivo; son complementarios y ocupan todo el proceso de la Iniciación o Reiniciación Cristiana. De todos los elementos señalados, el primer anuncio se correspondería preferentemente con “el anuncio explícito”, “la adhesión del corazón”, “la entrada en la comunidad” y “la acogida de los signos”.

Oración y Palabra

Para quienes están fuera de la Iglesia, el primer anuncio cubre una etapa más o menos larga formada por una serie de “anuncios”, de momentos luminosos que se van concatenando en la historia y vida del iniciado de forma creciente, hasta que Jesucristo llegue a ser su Señor y la Vida de su vida. El contenido de todos ellos tiene que ver con la persona de Jesús, anunciado en sus diversos hechos y palabras, contando con la fuerza de la oración y la autoridad de la Palabra de Dios en la Iglesia.

En cada momento/anuncio de la serie, ha de ofrecerse aquella faceta del Señor que mejor encaje en la situación humana y espiritual que vive la persona. El final del proceso del “primer anuncio” no lo señala un calendario ya previsto, sino la acción del Espíritu en el alma del candidato, cuando, movido por la gracia, este presta “la adhesión del corazón” a la persona de Jesús de forma definitiva. Normalmente será el fruto de un proceso serio y gradual, o bien, en casos excepcionales, de un impacto de tal calibre que provoque una fuerte conversión.

Religiosidad popular

El anuncio de Jesucristo más frecuente es el que se produce “persona a persona” (EG 127-129), pero este no parte de cero. Con anterioridad, el Espíritu ha ido haciendo su trabajo escondido en la persona llamada a completar su vida cristiana. A pesar de la marea secularizadora que en pocos años está anegando nuestros países occidentales, Jesucristo no ha desaparecido de la cultura y de la dimensión religiosa de las personas, especialmente en las prácticas de la llamada piedad o religiosidad popular.

Procesionsevilla2023

La procesión del Cristo del Cachorro a su paso por el puente de Triana, la tarde de Viernes Santo en Sevilla

El Papa es sensible a los bienes colectivos que una civilización cristiana ha ido depositando y acumulando en la cultura de los pueblos; son los valores cristianos que se hallan en su substrato: “Una cultura popular evangelizada contiene valores de fe y de solidaridad que pueden provocar el desarrollo de una sociedad más justa y creyente, y posee una sabiduría peculiar que hay que saber reconocer con una mirada agradecida” (EG 68). Francisco continúa así las enseñanzas de Pablo VI, siguiendo al Concilio Vaticano II (GS 53) sobre “la evangelización de las culturas” (EN 20).

Actividad del Espíritu

Sin embargo, la religiosidad popular ha suscitado no pocas reservas en los últimos tiempos. Es cierto que no es ajena al Espíritu de Dios, “agente principal de la evangelización” (EG 122), pero está muy mezclada con la ambigüedad de la condición humana. A falta de un primer anuncio más personal y acompañado, la sola religiosidad popular no produce ya un arraigo cristiano suficiente y una pertenencia a la Iglesia consciente y comprometida (cf. EG 68).

La acción de Dios tiene que contar con las mediaciones humanas y estas han de ser cada vez más personales para alcanzar su objetivo. No es casual, pues, que ‘Evangelii gaudium’, inmediatamente después de valorar la “piedad popular”, nos presente la “evangelización persona a persona” como una actividad del Espíritu con la que se abre el “primer anuncio”. Se inaugura con ella un proceso continuado y coherente de iniciación en la fe y en la vida cristiana. (…)

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Índice del Pliego

EL GOZO DEL EVANGELIO

LA EVANGELIZACIÓN, “UNA OBRA COMPLEJA” (EN 17. 24)

EL ESPÍRITU SANTO, AGENTE PRINCIPAL DE LA EVANGELIZACIÓN

PERSONA A PERSONA

POR ESO EVANGELIZAMOS

EL EVANGELIZADOR Y EL EVANGELIZADO

  • Los evangelizadores
  • Los evangelizados

EL MÉTODO BÁSICO

  1. Diálogo
  2. Palabra de Dios
  3. Oración

PERSONA A PERSONA, PARA ENTRAR EN LA COMUNIDAD ECLESIAL

UN PUNTO Y APARTE

  • Vida interior
  • Vida de Iglesia
  • Cultura cristiana

TRABAJAR EN RED

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