La Iglesia permanece en el empeño de realizar con acierto la misión que el Señor le ha confiado, a saber, anunciar la alegría del Evangelio. En este momento histórico, la Iglesia percibe que, para cumplir su misión, necesita mirar y escuchar, al modo de Jesús, a todos los jóvenes. Manos a la obra, a través del papa Francisco, la Iglesia convocó un Sínodo de Obispos sobre ‘Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’, con el acento inaudito del protagonismo de los jóvenes. “He querido que ustedes ocupen el centro de la atención porque los llevo en el corazón”.
Así, “la relación” entre un obispo de Roma sumamente interesado en reformar la Iglesia y los jóvenes que reemprenden búsquedas espirituales sin itinerarios prefijados ha propiciado que la Iglesia haya decidido “interrogarse sobre cómo acompañar a los jóvenes para que reconozcan y acojan la llamada al amor y a la vida en plenitud y también pedir a los mismos jóvenes que la ayuden a identificar las modalidades más eficaces de hoy para anunciar la Buena Noticia” (DP, Introducción). La decisión inicial, por sí misma, confirma la relación entre Francisco y los jóvenes como don para la Iglesia del siglo XXI.
En esta reflexión nos situamos en el pontificado de Francisco y sus claves evangelizadoras en relación a los ‘Itinerarios formativos de jóvenes agentes de pastoral’. Para ello, la exhortación apostólica ‘Evangelii gaudium’ (La alegría del Evangelio) y los documentos vinculados con el Sínodo sobre los jóvenes constituirán nuestras principales referencias.
Vamos a subrayar el fuerte “sentir con la Iglesia” que tiene el papa Francisco, pues, también en la formación de agentes de pastoral, sus propuestas de líneas de acción son el resultado de unir el discernimiento de los signos de los tiempos con las grandes intuiciones pastorales de magisterios anteriores.
Esta constatación nos abre, por un lado, a un perfil de formador o formadora de agentes de pastoral con un hondo sentimiento de pertenencia a la Iglesia católica y, en ella y desde ella, capaz de unir “novedad” y “tradición” en la transmisión de la fe; por otro lado, a un perfil de formando o formanda que entra en diálogo con la sabiduría de la Iglesia.
Índice del Pliego
I. PREÁMBULOS FORMATIVOS INELUDIBLES PARA LA EVANGELIZACIÓN
- Crear una “cultura de la vocación”
- Un signos de los tiempos actuales: “En la vida real todo está conectado” (DF 157)
II. DEMANDA Y OFRECIMIENTO FORMATIVO POR PARTE DE LOS JÓVENES
- Formar la personalidad (cf. RP 1)
- Evangelizadores en las redes sociales (cf. RP 15)
III. OBJETIVO FORMATIVO DE LA IGLESIA: FORMAR “DISCÍPULOS MISIONEROS” Y “CALLEJEROS DE LA FE”
- “Discípulos misioneros”
- “Callejeros de la fe”
IV. LA ACCIÓN DE FORMAR JÓVENES AGENTES DE EVANGELIZACIÓN
- Iglesia: formación comunitaria
- Jesús: formación apostólica
- Espíritu Santo: formación espiritual
V. DOS ACENTOS FORMATIVOS PARA LOS JÓVENES AGENTES DE PASTORAL
- Una antropología cristiana de la afectividad y de la sexualidad
- Una formación con vistas a un compromiso sociopolítico
VI. INSTRUMENTOS PARA LA FORMACIÓN DE JÓVENES AGENTES DE PASTORAL
- El acompañamiento
- El discernimiento
