La asamblea diocesana celebrada en la Diócesis de Salamanca –plasmada en unas ‘Orientaciones pastorales’, firmadas mediante decreto por el obispo diocesano– no ha querido partir de las carencias, sino desde el impulso pascual, para hacer posible un “relato que enamore” y recuperar así el gozo de evangelizar (‘Evangelii gaudium’). Gracias a los fieles laicos, a los hermanos de la vida consagrada y a los sacerdotes que, con el obispo delante, en medio y detrás, han hecho posible este camino de Iglesia sinodal. (…)
¿Qué nos plantean estas ‘Orientaciones de la asamblea’? En primer lugar, que es necesario darnos cuenta del momento en el que vivimos. Estamos en 2019, y hoy los retos espirituales, pastorales y estructurales son distintos a los de las últimas décadas del siglo pasado y los primeros lustros de este. Empeñarnos en querer reproducir los mismos esquemas y soluciones no es bueno.
Hoy nos encontramos ante un hombre nuevo, representado en las generaciones de los jóvenes y de las familias jóvenes. Y lo habitual en ellos, salvando excepciones, es que viven sin ninguna experiencia cristiana. No es solo que no “conozcan” algo de lo cristiano, es que no han “gustado” en su interior un encuentro vivo con la fe cristiana.
Eso no quiere decir que no lo deseen y que su corazón no esté inquieto en una búsqueda espiritual. Nada de eso. Porque nunca como en el desierto se busca tanto el agua viva y fresca. “Precisamente a partir de la experiencia de este desierto, de este vacío, es como podemos descubrir nuevamente la alegría de creer, su importancia vital para nosotros, hombres y mujeres. En el desierto se vuelve a descubrir el valor de lo que es esencial para vivir; así, en el mundo contemporáneo, son muchos los signos de la sed de Dios, del sentido último de la vida, a menudo manifestados de forma implícita o negativa. Y en el desierto se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la Tierra prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza” (Benedicto XVI, ‘Homilía durante la Santa Misa de Apertura del Año de la Fe’. Roma, 11 de octubre de 2012). Quizá nos encontremos con una de las generaciones jóvenes más deseosa de espiritualidad y más sensibles ante el ser humano y los problemas de la humanidad.
Nuestra asamblea se situó en un contexto espiritual y pastoral nuevo. Y hemos de hacerlo sin rupturas, sumando, en continuidad y en agradecimiento. Quiere situarse en el tiempo de la “iniciación” de la “mistagogía” de la fe. No vivimos en una “fe heredada” por el soporte de un catecumenado social de cristiandad que nos envuelve; no vivimos, siquiera, en una fe que solo necesita instrumentos formativos para “dar razón de ella”; no vivimos principalmente en un momento de solo “explicar la fe” ante una “fe interpelada”; ni solo ofrecer una “fe propuesta”…
Vivimos en el tiempo de la “fe perdida”, por lo cual hay que caminar y clamar una “fe suplicada”, catecumenal y orante. Es una gracia. Estamos en el despertar, iniciar, suscitar, motivar, engendrar la fe en el corazón de las nuevas generaciones. Acercarlos al Misterio hondo de Dios, pues han sido creados para ello.
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Índice del Pliego
I. VOLVER A “LAS HUELLAS DE JESÚS”. Pórtico de confesión y aclamación
- “Huellas de su obediencia”
- “Huellas de su encarnación”
- “Huellas de su anuncio del Evangelio”
- “Huellas de su oración”
- “Huellas de su misericordia”
- “Huellas de su entrega por nosotros”
- “Huellas de su cruz”
- “Huellas de su Pascua”
- “Huellas de su venida gloriosa”
II. EL SEÑOR CAMINA A NUESTRO LADO E IMPULSA A SU IGLESIA EN ESTA HORA DE LA HISTORIA
III. LA ASAMBLEA, UN RELATO QUE ENAMORE EN LA VIDA DIOCESANA: UN DON PARA UN ENCARGO
1. “Es tiempo de enamorarnos de nuevo”. Renovación espiritual
2. “Es tiempo de soñar”. Renovación pastoral
3. “Es tiempo de construir. Una reforma”. Renovación estructural
IV. “LO QUE EL ESPÍRITU DICE A LAS IGLESIAS” (Ap 3, 22). Latidos del corazón
- “Ser discípulos misioneros”
- “Pone más fuego en el hogar” y “sale al encuentro del hombre de hoy”
- “Odres nuevos”
V. PROPUESTAS APOSTÓLICAS QUE LLEVEN A UNA IGLESIA ENCENDIDA PARA LA MISIÓN
Propuestas de renovación espiritual
- Acoger el don del misterio: la Eucaristía
- Despertar al misterio de la fe
- Acompañar en el misterio/camino de la fe
Propuestas de renovación pastoral
- Anunciar el Evangelio de Jesús
- Avivar el fuego de casa para crear comunidades
- Iniciar a la vida y misión de la Trinidad
- Salir a la misión
- Cuidar la fragilidad del hombre de hoy
- Formar evangelizadores con Espíritu
Propuestas de renovación estructural
- Renovar las personas, comunidades y estructuras, con la mirada puesta en una vuelta a los orígenes: Jesús y el Evangelio
- Fortalecer la comunión de todo el Pueblo de Dios: sacerdotes, laicos y consagrados
- Servir con estructuras nuevas a todos
VI. A MODO DE CONCLUSIÓN: “EL SEÑOR ME HACE CAMINAR POR LAS ALTURAS” (Hab 3, 19)