JOSÉ MANUEL BERNAL LLORENTE, liturgista | Muchos cristianos están mostrando una desafección progresiva hacia el sacramento de la penitencia. Lejos de vivirlo como la fiesta del perdón, experimentan una angustia casi patológica cuando tienen que confiar sus pecados a un sacerdote. En el marco de este Año de la Misericordia, el papa Francisco llama a los confesores a “abrazar a ese hijo arrepentido que vuelve a casa y a manifestar la alegría por haberlo encontrado”, al tiempo que nos recuerda a todos los creyentes que “la misericordia siempre será más grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona”. Otra cosa es la necesaria renovación de ciertas prácticas litúrgicas y pastorales para recuperar el verdadero sentido de este sacramento.
La fiesta del perdón en el Año de la Misericordia [extracto]
En el nº 2.991 de Vida Nueva. Del 4 al 10 de junio de 2016