Hay momentos en la vida en que las cosas que buscabas te salen al encuentro gratuita y providencialmente. Lo cual nos coloca ante el eterno dilema de si se debe buscar para encontrar, o si se debe intentar encontrar lo que buscas. Es el fondo que subyace en la vida de oración y en la virtud teologal de la esperanza.
El libro de Rory McEntee & Adam Bucko, ‘The New Monasticism’, fue para mí un regalo no esperado y una ilusión largamente acariciada; algo así como la presencia que sorprende y la búsqueda que inquieta. Sea lo que fuere, comencé a traducir este libro poniendo en la tarea el máximo esmero y cariño, como quien ha de pulir una joya recién engarzada en una sortija. Había que unir la armonía y belleza del lenguaje con el soporte sapiencial de una experiencia a la vez nueva y secular. La sortija del monacato tradicional y la perla del nuevo ‘monasticismo’ a fin de lograr una joya nueva y renovada.
La antigüedad y la novedad son siempre términos ambiguos, y todo es relativo en nuestro mundo. Todo está vinculado a algo y todo depende de las características fundamentales de nuestra medida histórica: tiempo y espacio. ¿Cuándo algo empieza a ser nuevo y cuándo algo pasa a ser antiguo? No es fácil encontrar la respuesta.
En el libro de de McEntee y Bucko, como en los textos que publicamos muchos sobre la vida monástica y contemplativa, lo importante no son las preguntas que editores y autores podamos hacernos, sino las que el lector se haga a través de la lectura de esas páginas.
El monacato antiguo ya lo conocemos; tiene su historia, sus orígenes y un desarrollo de muchos siglos, un gran número de monasterios, un patrimonio espiritual y material hondamente arraigado en la tradición cristiana de Oriente y Occidente.
Hace ya bastantes años, comenzó a emerger un modo nuevo de afrontar la vida contemplativa; al menos, un modo diferente del tradicional, entendiendo por tradicional la forma en que la vida contemplativa se desarrollaba en los monasterios. Vida contemplativa y vida monástica (con “clausura”) era casi lo mismo; los grandes maestros de la vida contemplativa venían a ser los monjes o las monjas que, desde el interior de sus monasterios, irradiaban una cultura fundamentada en la escritura, el arte y el cultivo de la vida espiritual bajo diferentes carismas, reglas y directorios espirituales.
El contraste que se pueda dar entre estos dos aspectos, un monacato monasterial y un ‘monasticismo’ en el corazón del mundo, o llevando el mundo en el corazón, no puede situarse en la oposición de lo antiguo y lo nuevo; lo antiguo no da paso a lo nuevo. Lo nuevo sí tiene en cuenta lo antiguo –las tradiciones de sabiduría de la humanidad– y lo antiguo también podría renovarse si tiene en cuenta las aportaciones del ‘monasticismo’ emergente.
En toda evolución hay un momento en que las formas antiguas y nuevas conviven, hasta que el medio envolvente hace que la adaptación de lo nuevo se consuma.
Índice del Pliego
- 1. Monacato, siempre antiguo y siempre nuevo
- 2. Sobrevivir
- 3. Profetizar
- 4. No sabemos de dónde viene ni adónde va
- 5. ¿En qué consiste el nuevo ‘monasticismo’?
- 6. Recorrido del nuevo ‘monasticismo’
- 7. Precursores de las corrientes del nuevo ‘monasticismo’
- 8. Nuevo ‘monasticismo’ en comunidades de monacato tradicional
- 9. ¿Qué nos puede decir el Espíritu hoy?
- 10. Luces y sombras