Pliego
Portadilla del Pliego nº 3.189
Nº 3.189

Saber discernir en tiempos de coronavirus

Se atribuye al escritor Gabriel García Márquez que los tiempos realmente vividos no son los cronológicos, sino aquellos de los que el corazón guarda memoria. Como la memoria es flaca, tenemos que recordar lo vivido en el primer semestre del año 2020 echando mano de un espejo: lo reflejado en la conocida revista La Civiltà Cattolica, de los padres jesuitas.



A. Spadaro escribe que el coronavirus ha puesto en evidencia que, en esta sociedad tan interconectada, se dan estas paradojas: el contacto se puede traducir en contagio; la comunicación, en contaminación; y las influencias, en infecciones. Se está extendiendo por ello la pandemia del miedo, que da como resultado un alma árida y desolada. Para el cristianismo, tiene sus graves consecuencias: como el contacto con el otro aparece como un riesgo de contagio, ante el cristianismo, en lugar de integrarlo, se le puede tratar como hostil o, en todo caso, se desea convertir al cristianismo en una especie de religión civil, a la que se puede fácilmente manipular.

Por otro lado, los algoritmos de Facebook invitan a encontrarme tan solo con los que me son afines, mientras que el catolicismo debe estar abierto a todos y acoger a todos. Por último, vivimos en una permanente sospecha hacia el otro, ‘homo homini lupus’, como si el hombre fuese un lobo para otro hombre, reforzando lo peor de nuestra identidad y hasta creando nacionalismos cerrados. Ya Pío XI, en 1938, saliendo al paso de dichos nacionalismos, recordó que católico quiere decir universal. El catolicismo no aboga solo ni principalmente por la globalización de los mercados, sino por recolocar en primer término el valor de la persona, y así poder ver en el prójimo y en el extranjero a un verdadero hermano.

En definitiva, el drama de la pandemia del coronavirus nos hace redescubrir que los católicos no podemos reaccionar, ante un virus excluyente, en forma de “sardinas en lata indiferenciadas”, o como una forma de gueto, sino que debe ser más bien un impulso y una llamada a ser creativos y buscar nuevas formas de organización. La sinodalidad puede ser considerada el mejor anticuerpo o antivirus del catolicismo, como respuesta eclesial a las demandas sociales y de regeneración democrática que inevitablemente tendrán que fortalecerse cuando salgamos de esta pandemia.

G. Giraud subraya que, ante la pandemia, se ha puesto de manifiesto que la ideología de desmantelamiento del servicio público sanitario es una ideología que mata. Hay que volver al Estado social, con un eficiente servicio sanitario público, para salir de la tentación del aislamiento y para valorar la salud como un bien común global y que, como tal, debe ser gestionada. Para lograr lo anterior, se deben poner en marcha medidas económicas como: inyectar liquidez en la economía real y crear puestos de trabajo. No se puede olvidar que lo que está en juego es la democracia misma.

Se habla, por ejemplo, de Siria, donde en nueve años han fallecido por la guerra más de 400.000 personas. El virus ha sorprendido a un país con solo la mitad de las estructuras sanitarias activadas y con gran falta de personal médico… El papa Francisco ha llamado también la atención sobre los miles de prisioneros políticos a los que se niega incluso las más elementales normas de humanidad.

No todo es negativo: con motivo de la pandemia, se están promoviendo dos corredores humanitarios, avalados por las Iglesias católicas y luteranas de los países escandinavos. Pero todo parece llegar tarde, cuando miles de niños están en peligro de muerte real, sobre todo entre los refugiados, como también ha denunciado la Organización Mundial de la Salud (OMS).

África, con su débil economía, se ha visto especialmente contagiada por esta pandemia. Con el agravante de que afectará, sobre todo, a las denominadas economías “informales”, que es la mayor fuente de ingresos de los africanos. Puede arruinar todo lo logrado durante el decenio anterior con los llamados Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). ¿Qué se puede hacer para remediarlo? Lo primero, afrontar con realismo la pandemia, entre países y entre regiones, sensibilizando a la población. Lo segundo, reforzar las redes de ayudas, especialmente a las familias, e inyectar ayudas de dinero líquido. Y, finalmente, la recogida de datos reales para saber valorar cómo está la situación y dónde se centran las urgencias sociales.

No es nada nuevo constatar que, entre la población confinada en sus hogares, se han producido escenas de pánico y ansiedad, y hasta ha habido gente que se ha sentido culpable por la posibilidad de contagiar el virus a sus familias y amigos. La solución no es la pasividad, sino la pro-actividad, el mirar de cara el problema y preguntarse qué se puede y se debe hacer. Ante la fatiga existencial, hay que poner en práctica la resiliencia, con estas cuatro claves, al menos, señaladas por la psicóloga Suzanne Kobasa, de la Universidad de Chicago: a) El compromiso personal para implicarnos en todo cuanto podamos hacer. b) El control de la situación en pequeñas cosas. c) El placer de arriesgar. d) No perder las relaciones con los demás. Habría que añadir, además, el saber afrontar la muerte con fe y esperanza. En cualquier caso, hay que hacer de esta prueba de la pandemia una oportunidad. (…)


Índice del Pliego

1. En tiempos de coronavirus, debemos activar los verdaderos anticuerpos

2. Claves para resituarnos después de la emergencia del COVID-19

3. De cómo y por qué el COVID-19 golpeó con especial virulencia a algunos países

4. ¿Qué repercusiones psicológicas produce esta pandemia?

5. También la poderosa Europa se ha sentido golpeada

6. ¿El COVID-19 es un castigo de Dios?

7. Cómo vivir la fe en tiempos de COVID-19

8. Crisis económica global

9. La pandemia nos recuerda los tiempos de lepra bíblicos

10. Pandemia y libertad de culto

11. ¿Cómo han interpretado los intelectuales el COVID-19

12. La retribución universal como urgente discernimiento colectivo

13. Pandemia y muerte digital

14. Siete imágenes del papa Francisco para el post-COVID-19

  • La barca
  • La llama
  • Los subsuelos
  • La guerra de los poetas
  • La unción perfumada del servicio
  • La ventana
  • La pandemia misma

15. ¿Qué futuro para Europa, después de la pandemia?

16. La pandemia ha abierto una brecha en nuestra manera de contemplar la realidad

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