La hospitalidad de las grandes religiones monoteístas es la mejor semilla para convivir
JOSÉ LUIS CELADA | La visita del papa Francisco a Tierra Santa el pasado mes de mayo nos dejó la imagen de Jorge Mario Bergoglio acompañado de dos buenos amigos y compatriotas: el rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, en Buenos Aires, y el imán Omar Abboud, director del Instituto de Estudios Interreligiosos en la capital argentina.
En la patria de Jesús, un cristiano, un judío y un musulmán mostraron al mundo entero que el diálogo entre las religiones –y entre los pueblos– no solo es posible, sino necesario.
La cálida acogida que todos ellos pudieron experimentar durante esos días da fe de que la hospitalidad compartida por las tres grandes religiones monoteístas es la primera y mejor semilla para una convivencia fraterna y duradera.
Un hogar, un templo, un mundo [ver extracto]
Pliego íntegro publicado en el nº 2.902 de Vida Nueva. Del 12 al 18 de julio de 2014
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