Pliego
Portadilla del Pliego, nº 3.383
Nº 3.383

Una propuesta de catecumenado matrimonial

La Iglesia existe para evangelizar, nos dice la exhortación apostólica ‘Evangelii nuntiandi’ (1975) de Pablo VI. Los hombres y mujeres de nuestro tiempo buscan a Dios desde lo profundo del corazón. Cuando lo encuentran y tienen experiencia de Él, después de ser acompañados por la Iglesia, son iniciados en la vida cristiana.



Al final de ese proceso de aprendizaje de la vida de seguimiento a Cristo, es el momento para la búsqueda de lo que Dios quiere para él o para ella, cual es la vocación a la que el Señor le llama en la vida: ¿el matrimonio?, ¿el sacerdocio?, ¿la vida consagrada?, ¿la vida religiosa?… Tal discernimiento vocacional, en ese tiempo posterior a la iniciación cristiana, es fundamental si queremos que en la Iglesia se vaya generando una cultura vocacional en la que se le ayude a todos a encontrar, después de un discernimiento, el proyecto de vida que el Señor quiere para él o ella.

Hasta ahora, la Iglesia, en su afán apostólico y evangelizador, ha preparado a los novios que solicitan celebrar el sacramento del matrimonio mediante un cursillo: unas veces, más extenso (un encuentro semanal durante varias semanas); otras veces, agrupado en poco tiempo (unas horas durante un fin de semana), que ayudaba a los novios a profundizar temas importantes sobre la vida matrimonial, en todo su amplio espectro, y en lo referente al sacramento del matrimonio que estos iban a celebrar.

Ilusión, puro trámite…

Todas las parejas participaban buscando encontrar algo que les ayudara a prepararse de la mejor manera para la boda que tenían prevista en los próximos meses. Unas lo hacían con ilusión, pensando que aquello sería de provecho; otras lo realizaban como un puro trámite que se les exigía para poder celebrar su matrimonio por la Iglesia. Al final de estos cursillos, se les pedía una revisión de los mismos. Esta experiencia era muy valorada por los participantes, ya que –decían– les había permitido reflexionar con otras parejas sobre cuestiones que no se debaten en otros ámbitos y que son trascendentales para su vida.

Pareja de recién casados de la mano

Pero la cuestión es si este formato lograba alcanzar los objetivos que la Iglesia desea para formar a las parejas de cara al sacramento del matrimonio y acompañarlas en los primeros años de su andadura en medio de una realidad tan secularizada como la que vivimos. La respuesta es que no. Si para consagrarse en la vida religiosa es necesaria una formación prolongada, un noviciado intenso; si para recibir el sacramento del orden se precisa una formación de varios años, ¿por qué para la recepción del sacramento del matrimonio no hay una preparación así?

Tiempo de formación

¿No debería estar precedido el sacramento del matrimonio de un tiempo de formación prolongado?, ¿no habría que acompañar a los novios en esa preparación para dar pasos en su fe cristiana y en la vida de pareja?, ¿no sería necesario estar a su lado en los primeros años de su andadura matrimonial? Estos son algunos de los interrogantes que nos hacemos y a los que deseamos dar respuesta.

El papa Francisco pretende en este tiempo de nueva evangelización hacer una propuesta con el fin de que la Iglesia cambie su rumbo en el acompañamiento a los matrimonios para la celebración del sacramento, ofreciéndoles a las parejas de novios un itinerario catecumenal para su vida matrimonial.

El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, recogiendo esta iniciativa del Santo Padre ya presente en ‘Familiaris consortio’ (n. 66), propone un catecumenado amplio para la preparación al matrimonio, inspirado en el catecumenado bautismal, que “les permita vivir más conscientemente el sacramento del matrimonio, a partir de una experiencia de fe y de un encuentro con Jesús”. Este catecumenado tendría varias etapas: remota, próxima, inmediata y de acompañamiento en los primeros años de vida matrimonial.

Familia y sociedad

La familia cristiana, que nace del amor de los esposos y con la llegada de los hijos, requiere que los cónyuges puedan consolidarse como cristianos, como pareja, como familia. Está en juego no solo su vida y la felicidad de cada uno de los miembros de la unidad familiar, sino el bien de la sociedad. Merece la pena hacer una reflexión sensata y profunda sobre el modo de formar a los novios para el matrimonio, de acompañarlos en sus primeros pasos y de ayudarles en los momentos de dificultad.

boda

La Iglesia debe tomarse en serio la vocación matrimonial como lo hace con las demás vocaciones. Después de la iniciación cristiana hay que colaborar desde la comunidad de fe para que cada cristiano descubra la vocación a la que el Señor le llama. Una vez descubierta, es el momento de empeñarse en formarse para ella, ya sea al matrimonio, el sacramento del orden, a la vida consagrada o a la vida religiosa. El Señor tiene un proyecto de vida para cada creyente.

Discipulado bautismal

Dios, de modo misterioso, convoca a cada cual a un estilo de vida después de haberle llamado al discipulado bautismal. El “ven y sígueme” es para todos. Después tiene que llegar la llamada a una entrega concreta, a un estado de vida, para la cual el Señor ha depositado en el corazón de cada persona unos dones y carismas con los que debe jugar para multiplicarlos.

Ojalá este concepto tan eclesial de la vocación vaya calando en el pueblo santo de Dios en un tiempo en el que es preciso promover sin anclajes una cultura vocacional que enriquezca a la Iglesia y le dé alas para vivir con mayor pasión y autenticidad el Evangelio en esta sociedad tan alejada de Cristo.

Centrándonos en la vocación a la vida matrimonial, nuestra pretensión no va a ser otra que la de presentar los elementos del catecumenado bautismal y sus etapas, tal y como los ha configurado la Iglesia y que se recogen en el ‘Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos’ (RICA), en los que se pueden fundamentar un itinerario catecumenal matrimonial. (…)

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Índice del Pliego

Preámbulo

El itinerario catecumenal bautismal: elementos que lo definen

  • ¿Qué es un itinerario?
  • Itinerario espiritual
  • Enraizado en la vida
  • Un itinerario en varias etapas que hay que ir atravesando
  • Los acompañantes del itinerario

Etapas del itinerario bautismal y su aplicación al matrimonial

Los acompañantes de los novios y matrimonios en este itinerario

Conclusión

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