Este libro de Pedro Ortega Campos (PPC, 2009) es recensionado por Jaime Vázquez Allegue.
El valor educativo de las preguntas en la Biblia
Autor: Pedro Ortega Campos
Editorial: PPC
Ciudad: Madrid
Páginas: 156
(Jaime Vázquez Allegue) La experiencia es la madre de la ciencia, y si esa experiencia está relacionada con el mundo de la educación, se convierte en sabiduría. Y es que sabiduría es el término que mejor define la obra de Pedro Ortega Campos, El valor educativo de las preguntas en la Biblia.
Ortega Campos ha sido catedrático de Filosofía de Educación Secundaria, fecundo escritor y buen analista del mundo actual. En ese análisis, situado dentro del ámbito educativo, ha escrito este libro con una clara intención sofista: preguntar por el origen de las preguntas que se mueven en el mundo de la Biblia. Porque estarán conmigo en que la Sagrada Escritura es, ante todo, una obra que gira en torno a una pregunta que es la pregunta por el sentido de la vida. De dónde venimos, hacia dónde vamos, quiénes somos y qué será de nosotros. Job, el más preguntón de todos los personajes del Antiguo Testamento es, a este respecto, un claro ejemplo de la cuestión. Pero es el Nuevo Testamento, en general, y la figura de Jesús de Nazaret descrita a través de los evangelistas, en particular, la que da en la clave para resolver la eterna pregunta.
Todas las preguntas en la Biblia tienen respuestas, pero hay que saber buscarlas y hay que saber encontrarlas. El Nuevo Testamento no es una obra enigmática, ni un libro cifrado. Al contrario, la lectura espiritual de los relatos evangélicos es una pista nada desdeñable para encontrar las respuestas a todas las preguntas. El mismo autor de la obra manifiesta que la pregunta bíblica no es un recurso literario, sino un medio privilegiado de apertura de la inteligencia que busca y llama al cambio de vida. Lo cual se me antoja una verdad bien dicha, en la que se dan cita las razones de la razón y las razones del corazón, porque, cuando preguntamos y escuchamos, fortalecemos nuestra fe.
Filósofo y pedagogo
Pedro Ortega Campos es un buen pedagogo, y así lo demuestra este libro en cada página; pero es, ante todo, un filósofo, y eso hace que la obra esté plagada de propuestas para pensar. Argumentos para hacer que el lector caiga en la cuenta por sí solo de la riqueza y el contenido de la Sagrada Escritura a través de lo que los mismos relatos dicen de sí mismos. Una estrategia, dicho sea de paso, que sólo puede hacer alguien que –como el autor– domina el arte de la pregunta y que es capaz de hacer que el lector de la Sagrada Escritura descubra las respuestas.
En el nº 2.698 de Vida Nueva.