Esta novela de Unai Elorriaga (Alfaguara, 2010) es recensionada por Juan Carlos Rodríguez.
Londres es de cartón
Autor: Unai Elorriaga
Editorial: Alfaguara
Ciudad: Madrid
Páginas: 176
(Juan Carlos Rodríguez) Girando sobre sí mismo, hasta cambiar de registro narrativo, Unai Elorriaga (Algorta, 1973) abandona el estilo lírico y parabólico con el que se dio a conocer en Un tranvía en SP (Premio Nacional de Narrativa 2002), y que ha prolongado en sucesivos títulos de menor calado. Ahora, con su cuarta novela, sondea de nuevo la experimentación, pero construyendo un intenso aparato narrativo, en el que introduce microrrelatos, documentos de diversa índole y fuentes que buscan dotar al texto de diversas miradas, voces y puntos de vista, pese a que en algunos momentos lastre la continuidad del relato.
Porque aquí se trata de examinar, en clave alegórica, la esencia de las dictaduras, de cualquier dictadura. Y esa esencia tiene mucho que ver con la implantación de una visión uniforme de las cosas. La alegoría descansa en los personajes y en esa metáfora de la ciudad de cartón, detrás de la cual se esconde la real, evocación precisa de una dictadura. Para ello, Elorriaga ha acudido al barón rampante de Italo Calvino, para encontrar en las azoteas una perspectiva diferente de abordar las consecuencias de la dictadura y sus derivaciones psiquiátricas.
En el nº 2.696 de Vida Nueva.