Esta obra de Dionisio Borobio (Secretariado Trinitario, 2009) es recensionada por Carlos Martínez Oliveras.
Sacramentos y creación
Autor: Dionisio Borobio
Edita: Secretariado Trinitario
Ciudad: Salamanca
Páginas: 2009
(Carlos Martínez Oliveras) Dionisio Borobio ha dedicado su vida a los sacramentos. Sobre ellos ha reflexionado desde el punto de vista antropológico, teológico, bíblico, litúrgico y pastoral. Con esta breve obra podría decirse que aborda su dimensión ecológica, a la que tan sensibles son hoy tantas personas, que descubren a través de la belleza (Pulchrum) un camino (via aestethica) para acercarse al misterio insondable de Dios.
En un estadio previo a las siete cristalizaciones sacramentales eclesiales, nos acerca a la realidad sacramental que subyace en los lugares y los tiempos, las personas y las objetos, la naturaleza y el arte. Es esa sacramentalidad creatural-cósmica la que nos lleva a los sacramentos de la Iglesia. La creación, los espacios naturales o arquitectónicos, los ritmos cósmicos y salvíficos no se constituyen en enigmas simbólicos, sino en la primera gramática por la que Dios habla al hombre, se hace cercano y accesible y permite establecer un incipiente canal de comunicación de gracia con él. El rico e interesante repaso de los textos bíblicos, los testimonios históricos, las manifestaciones culturales y los reconocimientos eclesiales son una selección emblemática y cuidada, pero que deja al lector con cierta hambre de conocer más manifestaciones en esos ámbitos.
Resulta original la presentación de tres comprensiones teológicas sobre la sacramentalidad cósmica creatural desde un punto de vista evolucionista (Th. de Chardin), cosmoteándrico (R. Pannikar) y desde la teología mística-integrativa de la Iglesia oriental, maestra en la mistagogía (introducción a los misterios celebrados). A todo ello ayuda la inclusión de textos originales comentados o que ilustran más claramente el pensamiento del autor que se estudia.
Pero la reflexión no se queda en teoría. La sacramentalidad creatural configura una sacramentalidad existencial. El hombre es imagen de Dios y de Cristo y, desde ahí, forja una espiritualidad y una forma vitae expresada en la defensa de la belleza de la creación como cristalización de las energías divinas en la realidad creada. Esta doble sacramentalidad sigue en los sacramentos eclesiales, que, lejos de separar al hombre de la vida y del mundo, lo concentran simbólicamente en ritos y celebraciones.
En fin, un buen libro lleno de caminos sugerentes, adecuado para la formación y que ayuda a reflexionar sobre aspectos y categorías fundamentales de la teología sacramental, abre muchas vías para seguir investigando y puede ser utilizado en el plano pastoral para una mejor celebración y vivencia de los sacramentos.
En el nº 2.697 de Vida Nueva.
