Esta obra de Manfred Lütz (Sal Terrae, 2010) es recensionada por José Manuel Lozano-Gotor.
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¿Estamos locos? Una visión amena de la psicología
Autor: Manfred Lütz
Editorial: Sal Terrae
Ciudad: Santander
Páginas: 240
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(José Manuel Lozano-Gotor) Lütz constituye un verdadero fenómeno editorial en Alemania. Sus libros, asiduos de las listas de superventas, alcanzan tiradas de varios cientos de miles. ¿Su secreto? La audacia de abordar en clave de humor, pero no sin profundidad, temas serios que parecen reclamar una cierta impostación. Aquí conocíamos ya el aplaudido Dios: una breve historia del Eterno, refrescante reflexión sobre el problema de Dios; y ahora nos llega esta divertida introducción a la psiquiatría y la psicoterapia, trufada de reveladoras anécdotas que plasman mejor que cualquier definición científica la esencia de los diferentes trastornos mentales. Más de 30 años de práctica psiquiátrica y un fino sentido del humor avalan a su autor.
La obra está animada por una intención polémica. ¿Quién representa mayor peligro para la sociedad: el chiflado que habla solo por la calle o quienes consideran “normales” conductas y teorías que nos deshumanizan; el maníaco hiperactivo que crispa a cuantos le rodean o quienes se dejan arrastrar por el dictado de las modas y demonizan a todo el que ose separarse de lo “normal”? Lütz lo tiene claro: los enfermos mentales son seres sensibles y entrañables que, supuesto un tratamiento acertado, pueden relacionarse sin complicaciones con los demás, aportando un punto de originalidad y color a la vida social; para los otros, por desgracia, no existe solución y seguirán haciéndonos la puñeta. ¡Ésos sí que son un problema!
El sentido de la psiquiatría es aliviar el sufrimiento del enfermo y su entorno, facilitándoles una vida lo más autónoma posible. Para ello conviene que el especialista domine un amplio espectro de opciones curativas. Y que tenga flexibilidad a la hora de discernir la más adecuada para cada paciente. Unas veces el acento recaerá en la psicoterapia, otras será necesario recurrir a los psicofármacos. En uno y otro caso, el paciente –previamente informado– debe participar de modo activo en la determinación de su tratamiento. Sobre el trasfondo de estos principios, el autor pasa revista a distintos métodos de psicoterapia, desde el psicoanálisis a la terapia sistémica. Asimismo, examina enfermedades como la demencia, la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la adicción, el trastorno obsesivo-compulsivo, la ansiedad, etc.
Una perspectiva original sobre un tema peliagudo, una buena dosis de información y alguna que otra carcajada: no parece mal balance.
En el nº 2.712 de Vida Nueva.