Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. Con este tema se nos llama, a todos, no solo a los obispos, a ser parte del próximo Sínodo sobre la Sinodalidad. El papa Francisco abrirá en Roma este 9 de octubre la próxima Asamblea Sinodal, que ya no se trata de un evento, sino de un proceso, en el que todos estamos involucrados, pues no hay sinodalidad sin corresponsabilidad.
- Descargar suplemento somosCONFER completo (PDF)
- ?️ El Podcast de Vida Nueva: Herejes y profetas de la Liberación
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Como Vida Religiosa también se nos invita a caminar en la Fase diocesana que comenzará el 17 de octubre y a la que le seguirá la Fase continental antes de la asamblea final, que se celebrará en octubre de 2023 en el Vaticano.
Con un Instrumentum laboris ya en nuestras manos, preparado por numerosas personas, entre ellas de consagrados, como la subsecretaria del Sínodo, la religiosa javeriana Nathalie Becquart –quien se convertirá en la primera mujer en la historia con derecho a voto–, que reflexiona en una entrevista con SomosCONFER sobre cómo crecer en sinodalidad.
Plantilla española
En el mismo sentido, el otro subsecretario, el agustino español Luis Marín de San Martín, que también participa en estas páginas. A ambos le acompañan laicos –españoles y latinoamericanos– involucrados en las diferentes comisiones sinodales creadas, y dos religiosos españoles que también iluminarán este caminar: la jesuitina María Luisa Berzosa y el religioso de los Sagrados Corazones Fernando Cordero.
Francisco busca “la escucha real”, como él mismo ha manifestado. El éxito o el fracaso de este caminar juntos vendrá de la capacidad que parroquias, comunidades religiosas y diócesis tengan para animar y motivar a sacerdotes, religiosos y laicos. La voz profética de unos y otros permitirá hablar al Espíritu y hacer brotar propuestas y vislumbrar desafíos a la luz del Evangelio. Solo desde esta realidad podremos cocinar un radiografía que haga posible mirar al mundo con los ojos de un Dios que es, en sí mismo, sinodalidad.