Ampliando miradas

Jmarnaiz 12(José María Arnaiz– Ex Secretario General de la Unión de Superiores Generales)

“El Bicentenario es hoy una invitación a superar lo que alguno ha llamado ‘la tiranía’ de lo nacional, que ha construido mucha muralla y poco puente y no ha favorecido la necesidad de vincular”

En un país como Chile, que más de una vez ha sido catalogado como “insular” o aislado, vincular su historia a la historia mundial es, sin duda, una tarea grande, atrevida y necesaria. Quizás la tarea prioritaria del Bicentenario que está celebrando y que están celebrando varios países latinoamericanos.

En un tiempo global como el que nos ha tocado vivir, el Bicentenario de la independencia se tendría que transformar en el Bicentenario de la interdependencia; de considerar lo propio y original de cada país como algo para completar y enriquecer a los otros países, y no tanto para distinguirse de ellos; de enriquecer la propia realidad nacional, no tanto reforzando lo central como incluyendo lo diferente que hay en el propio país; esa opción clara por la inclusión tiene que llevar a superar algunas muy significativas exclusiones.

Vincular la historia de un país y el presente a los sucesos mundiales es fruto de una mirada amplia. Este desafío es hoy urgente y relevante en las Américas, donde con harta frecuencia las historias nacionales se han escrito no sólo volcándose hacia el interior, sino presentando a las otras naciones como amenazas reales o potenciales. La autorreferencia ha sido excesiva en muchos de nuestros países.

El Bicentenario es hoy una invitación a superar lo que alguno ha llamado “la tiranía” de lo nacional, que ha construido mucha muralla y poco puente y no ha favorecido la necesidad de vincular. Es aconsejable para todo hombre y mujer de este siglo XXI de Chile, Bolivia, Argentina, Colombia, Paraguay y México, que han vivido distantes y a veces alejados de los grandes centros mundiales, tomar conciencia de que les toca hacer otra historia nacional rodeada de países “hermanos” e influida por una realidad internacional y globalizada. Para hacerlo bien, se precisa ampliar también el corazón y entrar en la dinámica de la solidaridad.

jmarnaiz@vidanueva.es

En el nº 2.704 de Vida Nueva.

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