El clero de Chile

Jorge Juan Fdez Sangrador(Jorge Juan Fernández Sangrador– Director de la BAC)

“Se mantiene vivo, de esta manera, un proyecto que no tiene parangón en la Iglesia: dejar amorosa constancia de la vida y el ministerio pastoral de todos los presbíteros diocesanos de una nación desde 1535 hasta el presente”

Jorge José Falch Frey, perteneciente al Instituto Secular de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, ha incrementado el Diccionario biográfico del clero secular chileno con la relación de nombres, fechas importantes, datos significativos, destinos pastorales y méritos eclesiales de 331 sacerdotes diocesanos que han servido a la Iglesia en Chile y que han fallecido entre 1983 y 2000.

El hecho de que el padre Falch trabaje en la actualización de dicho diccionario es digno de mención y de elogio, pues se mantiene vivo, de esta manera, un proyecto que no tiene parangón en la Iglesia: dejar amorosa constancia de la vida y el ministerio pastoral de todos los presbíteros diocesanos de una nación desde 1535 hasta el presente.

La primera edición fue publicada en 1922 por Carlos Silva Cotapos, obispo de La Serena y luego de Talca, quien puso en orden las 3.800 notas biográficas que Luis Francisco Prieto del Río había acumulado con los datos de los sacerdotes seculares que ejercieron su ministerio en Chile desde 1535 hasta 1918. Después, Raymundo Arancibia Salcedo se hizo cargo del diccionario, en el que trabajó hasta poco antes de su muerte en 1984.

Ahora es Jorge Falch quien prosigue tan benemérita labor, que, junto con la de sus antecesores, contribuye a reparar una injusticia histórica: atribuir la evangelización de América a las órdenes religiosas y considerar que ha sido, en cambio, pequeña la aportación del clero secular. Y como éste no suele escribir sus gestas, se agradece que, de vez en cuando, alguien interrumpa esa costumbre. De ahí que, también, el Diccionario de sacerdotes diocesanos españoles del siglo XX, en el que Vicente Cárcel Ortí recoge más de 3.000 biografías de curas fallecidos en esa centuria, merezca el aplauso del clero y de los historiadores.

jjfernandezs@vidanueva.es

En el nº 2.698 de Vida Nueva.

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