(Nuria Calduch-Benages– Misionera de las Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret y experta en Sagrada Escritura)
“Interrogarse sobre la hospitalidad significa descubrir el alcance humano de esa palabra entendida en sus muchos significados: antropológico, teológico, ontológico, social y económico. Ésta es la misión que el Festival Bíblico 2010 llevará a cabo”
Con la llegada de la primavera, empiezan a florecer los festivales por doquier. Festivales de música, danza, ópera, teatro… ¡y también de Biblia! La ciudad de Vicenza, situada en el corazón del Véneto, albergará del 27 al 30 de mayo la VI edición del Festival Bíblico. Ilustres protagonistas del mundo de la fe, la cultura y el arte dialogarán sobre un tema de gran actualidad: La hospitalidad de las Escrituras. El festival va dirigido a todos los niños, jóvenes y adultos que desean, por un motivo u otro, acercarse a la Biblia. Motivos aparte, lo importante es el encuentro entre la persona y el Libro, ese diálogo personal e intransferible que nace en el interior de cada uno, cuando se deja interpelar por la Palabra. Y es que, por muy antiguas que sean sus raíces, la Biblia es capaz de satisfacer las expectativas del hombre y la mujer contemporáneos.
Interrogarse sobre la hospitalidad significa descubrir el alcance humano de esa palabra entendida en sus muchos significados: antropológico, teológico, ontológico, social y económico. Ésta es la misión que el Festival Bíblico 2010 llevará a cabo con la ayuda de biblistas, escritores, filósofos y sociólogos junto a sindicalistas, músicos, economistas, poetas y religiosos. Todos unidos alrededor de la Biblia para descubrir su valor y significado actuales. Qué duda cabe que en una sociedad como la nuestra el concepto de hospitalidad nos remite a la acogida y relación con el otro, el diverso, el extranjero, el inmigrante.
Abrir, leer, escuchar y conocer la Escritura no sólo enriquece nuestra cultura. Puede incluso cambiar radicalmente la vida de una persona. Sentimientos, acciones, pensamientos y relaciones pueden dar un giro copernicano a la luz de la Escritura.
El año pasado el festival reunió a 45.000 personas. Las cifras cantan.
En el nº 2.706 de Vida Nueva.