(José Mª Rodríguez Olaizola– Sociólogo jesuita)
“En este mundo complejo es, quizás, un pelín trasnochado clamar ahora por un mundo sin banderas, sin fronteras, sin papeles; un mundo de hermanos, capaces de escucharse, comprenderse, respetarse… Y si nos ponemos cínicos, no deja de ser un discurso bienintencionado que puede escucharse hasta en la gala de Miss España”
El Padre Nadal, cuando formaba a los primeros jesuitas en una Compañía de Jesús naciente, allá por el siglo XVI, les decía aquello de “Nuestra casa es el mundo”.
Ese grito puede resonar hoy con renacida fuerza en nuestras sociedades, en nuestra Iglesia, en nuestras congregaciones, al menos en aquéllas que se definen como apostólicas, y en la búsqueda de identidad de mucha gente que se siente encajonada en horizontes estrechos. Es un grito que evoca dos rupturas muy necesarias: primero, la ruptura de los muros internos. Nuestra casa no son las paredes seguras, los claustros cerrados, las iglesias monolíticas, las burbujas de seguridad o los recintos homogéneos donde todos pensamos igual. Porque el mundo es diverso, plural, complejo. Y si lo habitamos, es reconociendo esa diversidad y aprendiendo de ella. De una manera paradójica, la universalidad es, en un mundo global, una conquista por hacer.
La segunda ruptura pendiente es la de las fronteras cuando son motivo de desencuentro y exclusión. Ésas que impiden el abrazo o la mirada amplia. Ésas que ponen por delante nacionalidades, papeles, y nos marcan en función de la denominación de origen, como si fuésemos un producto más de la historia, la tradición o la geografía.
En este mundo complejo es, quizás, un pelín trasnochado clamar ahora por un mundo sin banderas, sin fronteras, sin papeles; un mundo de hermanos, capaces de escucharse, comprenderse, respetarse… Y si nos ponemos cínicos, no deja de ser un discurso bienintencionado que puede escucharse hasta en la gala de Miss España –que los buenos deseos no cuestan nada–.
El caso es que, con todo, no está de más algún buen eslogan que nos recuerde lo importante. Que a veces es más simple de lo que lo hacemos.
jmolaizola@vidanueva.es
En el nº2.691 de Vida Nueva.