(José Ignacio López– Periodista columnista del diario La Nación de Buenos Aires)
“El creyente que se aventura valeroso y entusiasta en las comunicaciones sociales, siempre con novedades tecnológicas sorprendentes, ‘debe saber bien cuál es el fin que lo guía, para no ser capturado por la fascinación de los medios y perder así su camino’”
Una fiesta de la comunicación! ¡Un hito para la Iglesia en América Latina y, particularmente, para la pastoral de la comunicación! ¿Acaso hay otra pastoral, otra forma de construir el patio de los gentiles en esta era digital?
Aunque se clausura el día 7, ya se puede calificar de evento mayúsculo al Mutirao Latinoamericano y Caribeño de la Comunicación, que ha congregado en la Universidad Católica de Rio Grande do Sul, en Porto Alegre (Brasil), a periodistas y otros profesionales y académicos, estudiantes, movimientos sociales, comunicadores populares.
Organizado como espacio abierto y propositivo para la reflexión y el debate sobre la comunicación que puede y debe construir una sociedad más justa y fraterna, ha contado con el inquebrantable apoyo de la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil (CNBB) y del CELAM. Su lamentada suspensión en julio por la gripe resultó saludable. “Hubo más tiempo para estudiar, conocer la complejidad de la comunicación, orientarnos sobre su ciencia, evaluar la que tenemos y proyectar lo que necesitamos teniendo como objetivo una sociedad abierta al diálogo, con oportunidad y voz para todos”, consideró su coordinador general, el P. Marcelino Sivinski. En sintonía con los esfuerzos de ese dicasterio, expresados por el mensaje papal para la próxima Jornada de las Comunicaciones Sociales, el presidente del Pontificio Consejo, Claudio Mª Celli, fue un activo partícipe desde su apertura.
Ese mensaje es claro y alentador. El creyente que se aventura valeroso y entusiasta en las comunicaciones sociales, siempre con novedades tecnológicas sorprendentes, “debe saber bien cuál es el fin que lo guía, para no ser capturado por la fascinación de los medios y perder así su camino”, como acaba de comentar el portavoz vaticano.
jilopez@vidanueva.es
En el nº 2.694 de Vida Nueva.