En plena Cumbre del Clima, Francisco aprovecha la inauguración del pesebre y el abeto de San Pedro para denunciar “las señales de alerta” que da la naturaleza
“Vivimos en un mundo que a veces parece tener miedo de recordar lo que realmente es la Navidad y borra los signos cristianos”, alerta
Francisco reivindica esta práctica navideña como parte “del dulce y exigente proceso de transmisión de la fe”
Además de abordar la Sagrada Familia o los Reyes Magos, pone en valor la figura del mendigo como “el privilegiado de este misterio” y defiende a los personajes secundarios como símbolo de la “santidad cotidiana”