En su última misa en Oriente Medio, Francisco pudo retornar a su contacto con las multitudes a quienes pidió que “trabajen juntos en unidad por un futuro de paz y prosperidad que no discrimine ni deje atrás a nadie”
Al terminar la multitudinaria eucaristía de Erbil, Francisco recibe al migrante sirio que perdió a su familia en septiembre de 2015 al intentar llegar a la costa turca huyendo del Estado Islámico