Una joven de 16 años originaria de Karachi es la última víctima de la persecución a los cristianos en este país asiático, donde se estima que cada año se producen unos 2.000 casos como este
Los magistrados anteponen la ley islámica, que permite casarse a las chicas que han tenido la primera menstruación, a la normativa estatal, que prohíbe las uniones con menores de edad
“El Estado no considera a los cristianos ciudadanos paquistaníes”, lamenta la madre de la víctima, una de las 1.000 niñas que cada año corren la misma suerte