Francisco denuncia el peligro de que los gobiernos apuesten por “el sepulcro del hambre, de la esclavitud, de las guerras, de la fabricación de armas, de niños sin educación”
En la eucaristía matutina del Lunes Santo en la capilla de Santa Marta, reza para que las autoridades “tomen el camino justo y creativo” sobre las prisiones
Francisco alerta de cómo “el diablo es astuto” y sus tentaciones “comienzan con poca cosa, crecen poco a poco, contagian a otros y, al final, acaban justificándose”