El Premio Nacional de Derechos Humanos asegura que una gran parte de la educación hoy tiene que ver con las relaciones familiares y amistosas, con el contexto cultural en el que se vive y con las dinámicas de trabajo
“Como creyentes, somos actores de esperanza, y nos toca jugar, sonreír, proponer y construir”, asegura Miguel Álvarez, presidente de Serapaz, quien fue galardonado por sus 50 años de trabajo a favor de la paz