Tras un diálogo iniciado hace un mes entre obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco y delincuentes, finalmente este 22 de febrero se logró el cese al fuego y el repliegue de los grupos criminales a su territorio natural, de acuerdo con el sacerdote Filiberto Velázquez de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa