“Doy testimonio de que la inmensa mayoría de los sacerdotes viven fielmente su celibato y no abusan de menores”, asegura el obispo Arizmendi
El autor está convencido de que la Iglesia requiere sacerdotes que sepan “vivir a ritmo de pueblo”, un reto mayor que hace urgente el acompañamiento espiritual para que puedan “adentrarse en la oscuridad sin perder la capacidad de alumbrar”