El mayor número de templos afectados fue en el estado de Michoacán, donde se registró el epicentro; cada diócesis sigue recabando información
Los sismos de septiembre del 2017 se seguirán sintiendo “mientras no se levante el último escombro, mientras siga una sola familia viviendo en un campamento o mientras continúe habiendo hambre o escasez de agua”, señala