Cuando se visita San Lorenzo di Fossano, un hermoso pueblo enclavado en la región italiana del Piamonte, se topa con algo que sería una característica de un hombre de Dios, el sacerdote Santiago Alberione. Nos referimos a la poquedad.
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Y ese rasgo está a la vista. Un claro ejemplo es la pequeña casa natal, en dicha localidad, del mencionado beato y fundador de la Familia Paulina. Allí, donde nació en 1884, también creció y compartió el calor del hogar con sus padres y seis hermanos, aunque solo hubieran treinta metros cuadrados para que se acomoden todos.
Por eso, no llama la atención que, el 26 de noviembre de 1971, el santo papa Pablo VI comentara, después de visitarlo en su lecho de muerte, que estaba conmovido por la austeridad en la que vivía el padre Alberione, reconocido años atrás por él mismo con la medalla “Pro Ecclessia et Pontifice”, por su valioso servicio a la Iglesia.
Partir desde lo poco
Hoy, cincuenta años transcurridos desde su muerte, centenares de sus religiosos inspirados por su carisma y distribuidos en cerca de setenta países en los cinco continentes, confirman su visión, expresada en sus muchos escritos. Una de las ideas principales allí recogidas, fue que todo debería ser como en Belén, dado que a partir de muy poco, se puede hacer crecer un árbol con frutos, tal como lo es la Familia Paulina con sus diez ramas apostólicas.
Esas ramas se extendieron por el mundo entero, en un apostolado de por sí novedoso, aunque incomprendido para su tiempo, como era el uso de los medios de comunicación social en la pastoral de la Iglesia.
Alberione tuvo claro que se tenían que utilizar los periódicos y las revistas, el cine, la radio y la televisión, así como los libros y la amplia difusión de la Biblia para todas las edades. Una inspirada proyección, que posteriormente lo extenderían sus religiosos a los videos, los cds y la multimedia, a lo que hay que sumar hoy la presencia en internet de variadas formas.
La Iglesia a nivel mundial está muy agradecida con la presencia de los paulinos y también con las hermanas paulinas. Esto debido a que, a través de sus librerías, los religiosos ofrecen contenidos traídos de su propia editorial y de otras casas editoras, para provecho de estudiantes, profesores y fieles en general.
Un profeta en salida
A medio siglo de su partida, ha sido propicio que el cuerpo del beato Alberione, que permanecía en una urna elaborada con mucho arte por una religiosa de la congregación Pías Discípulas del Divino Maestro, rama religiosa fundada por él mismo, subiera días atrás desde la cripta al piso central de la Basílica Reina de los Apóstoles de Roma.
Llevado por sus hijos espirituales -y bajo la mirada emocionada de todos ellos, así como del vicario del papa para Roma, el cardenal Angelo De Donatis-, la urna hizo su ingreso solemne al templo, donde debería ser su última morada.
Cabe resaltar que el beato Santiago Alberione, para quienes no lo conocen en su real dimensión, fue un hombre emprendedor, que lo llevó a ofrecer, al mundo y a la Iglesia, fundaciones impensables, obras colosales e industrias exitosas que fueron y son la admiración del mundo entero.
Aportó para los periodistas una “espiritualidad, que puede dar un sentido para la vida de todo editor de Dios”, según palabras del actual superior general, padre Valdir José De Castro, publicadas en una reciente entrevista que concedió a la agencia católica de noticias Exaudi.
Y para los religiosos fue, según lo dicho también por el padre De Castro “un modelo de consagración, que buscó vivir la santidad unido a Jesús”.
Ubicada ya la urna con su cuerpo en la base del altar de Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida de la mencionada basílica italiana, se podrá venerar a un modelo e inspiración para los actuales “artesanos de la comunicación”, quienes hoy más que nunca, y con la inspiración alberioniana, buscan “salir”, llevando el mensaje de Cristo a través de los medios más rápidos y eficaces de la comunicación.