Tribuna

Así se hace realidad el Pacto Educativo Global: alumnos competentes y no competitivos

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Para llegar a “la aldea de la educación”, para alcanzar esta alianza educativa, hay que verla necesaria. Es para todo el mundo. Además de eliminar el “confort de la inercia”, hay que partir de hechos, evidencias que iluminen y convenzan. Pienso que es muy importante que se conozcan los resultados de la innovación educativa que ya se está llevando a cabo en muchos países, con resultados satisfactorios.



Tenemos una buena ocasión si aprovechamos los cambios a los que ha obligado el Covid-19 en estos meses, porque ha incidido en los centros educativos y ha propiciado un cambio radical en el aprendizaje. El maestro ha podido dedicarse más a cada alumno, personalizando el aprendizaje, y la familia ha jugado un papel clave que no podemos perder.

Mejorar la educación

El ser humano es una unidad: por esto la educación ha de ir dirigida a la persona, y ésta sabemos que es un ser relacional en sus dimensiones: consigo misma, con los demás, con la naturaleza y con Dios. El aprendizaje ha de tenerlo presente y procurar que sea para la vida y desde la vida. El aprendizaje no puede quedarse nunca en lo nocional, ha de pasar a lo real. En el aprendizaje, debe estar muy claro el objetivo: ayudar a que el alumno sea ético, excelente, comprometido. “No puede ser buen profesional quien no es buena persona” (Howard Gardner). El aprendizaje por proyectos aplicables a la vida diaria, preparados después de haber detectado carencias en la sociedad y proponiendo soluciones sociales, favorece la adquisición de estos valores.

Educación integral

El aprendizaje es para el alumno, no al revés. Hay que comenzar por poner al alumno en el centro del aprendizaje y dejarlo ser el protagonista. Desde el respeto y la valoración, hay que educar a cada uno en la autonomía, en la libertad y responsabilidad, propiciando una cultura adaptativa, que genere confianza, flexibilidad, teniendo en cuenta y estando muy atento a las emociones. Ayuda a ello trabajar por proyectos interdisciplinares, proyectos inteligentes, diseñar diferentes experiencias y ensanchar ámbitos de aprendizaje que acerquen el alumno a la realidad.

El aprendizaje cooperativo es una buena herramienta para conseguir alumnos competentes, no competitivos. La mejor innovación es amar al alumno.

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Luces y pistas

Para la alianza educativa que sugiere el Papa, es fundamental que todos los responsables, convencidos de que es esencial, inviertan las mejores energías, dediquen esfuerzo, tiempo y economía a tratar de conseguirlo.

Hay iniciativas en nuestro siglo XXI, pistas bien indicativas, que pueden ser compartidas, enriquecidas y que pueden ofrecer caminos para la educación que soñamos. Sumar iniciativas y compartir proyectos enriquece.

Si se está dispuesto a aprender de todos, a saber, admirar lo conseguido en otros países, lo que da buenos resultados a otros grupos, si se desea el diálogo sincero, constructivo, un pacto, una alianza universal en materia educativa, casi debería ser inmediato. O bien concretando… Me gustaría en este sentido ofrecer la iniciativa Nazaret Global Education, que presenta un proyecto educativo bien estructurado, de formación al profesorado, para que, en tres años, se pueda conseguir una transformación de todo un centro en aras a una nueva manera de educar. Está validado en los distintos continentes.

*Tomado de ‘Luces para el camino. Pacto Educativo Global. Una educación de, con y para todos. Hacia una sociedad más fraterna solidaria y sostenible’ (SM-PPC-OIEC)