Tribuna

Cardenal Newman, el santo de la confesión de al lado

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El próximo 13 de octubre, la Iglesia católica contará con un santo que vino de la confesión de al lado. John Henry Newman no será santo por haber entrado en la confesión católica; lo será porque, durante toda su vida, se fue haciendo santo y vivió con la libertad que el Espíritu da a quien busca la verdad.

Intelectual y muy trabajador desde su juventud, sus estudios en el renombrado Trinity College de Oxford sobre los Padres de la Iglesia le hicieron reflexionar sobre las raíces cristianas del anglicanismo, y pronto destacó como un gran defensor de la independencia de la religión frente al Estado. Así nació el famoso Movimiento de Oxford, del que fue uno de sus máximos representantes.

Enamorado de la verdad

Describir a Newman como teólogo, filósofo y un gran pensador es quedarnos muy cortos. Fue un hombre enamorado de la verdad, a la que no dudó en buscar y en comunicar, aunque eso le acarrease bastantes malos momentos; un hombre de Dios que quiso serle fiel tanto desde su pequeña iglesia universitaria de Santa María –en su etapa anglicana– como desde el Oratorio de San Felipe Neri o desde la Universidad Católica de Dublín –en su etapa ya católica–.

Cardenal John Henry Newman

Benedicto XVI dijo esto de él: “Su experiencia de conversión, a la vez religiosa e intelectual, inspiraría su vocación a ser ministro del Evangelio. Newman nos enseña también que la pasión por la verdad, la honestidad intelectual y la auténtica conversión son costosas”.

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