Tribuna

China

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Antonio PelayopANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma

“La última prueba de este malabarismo ha sido la reciente ordenación como nuevo obispo de Yibin de monseñor Pedro Luo Xuegang, previo el acuerdo de la Santa Sede”.

Una de cal y otra de arena; ya hemos utilizado más de una vez esta expresión para referirnos a las relaciones del Gobierno chino con la Iglesia católica. La última prueba de este malabarismo ha sido la reciente ordenación como nuevo obispo de Yibin, en la provincia de Sichuan, de monseñor Pedro Luo Xuegang, previo el acuerdo de la Santa Sede.

La consagración ha estado a cargo del anciano prelado de la diócesis y en presencia de otros obispos “en comunión con el Santo Padre”, como señaló el padre Federico Lombardi.

Lástima que también asistiera el obispo Lei Shiyin, miembro eminente de la llamada Iglesia patriótica, que ya ha desobedecido en más de una ocasión las órdenes de Roma. Lo dicho, pues: arena y cal a partes iguales.

En el nº 2.780 de Vida Nueva.