Tribuna

Cien años de un carisma nuevo en la Iglesia: la Institución Teresiana

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“No hay que tenerle miedo a la diversidad de carismas en la Iglesia. Al contrario, hay que alegrarse de vivir esta diversidad”. Con esta frase inicia el papa Francisco su mensaje con la intención de oración para el mes de enero de 2024. Justo este mes se cumplen 100 años de la aprobación canónica de un carisma nuevo en la Iglesia: la Institución Teresiana, fundada en 1911 por san Pedro Poveda.



Catolicismo de presencia

El 11 de enero de 1924 el papa Pío XI con el Breve ‘Inter frugíferas’ confirmaba a la Institución Teresiana, un carisma diferente que aportaba características novedosas: un laicado asociado y organizado, promoción de las mujeres y de su presencia en la sociedad desde la educación superior y variedad de profesiones, un catolicismo de presencia, sin distintivos, como el común de las gentes.

En octubre de 1923, cuando se presentó en Roma, la Institución contaba con 12 centros o “Academias” en España, cerca de 300 miembros con diversidad de compromisos, más de 450 antiguas alumnas y unas 700 alumnas que se preparaban para ejercer como maestras o estudiaban en la universidad. Todas las Academias estaban dirigidas por mujeres.

Pedro Poveda

San Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana, en su escritorio

Pedro Poveda, siguiendo el consejo del entonces nuncio en España, monseñor Tedeschini, buscaba con este aval de la Iglesia la confirmación de su obra que, si bien contaba con el apoyo de un buen número de prelados y de autoridades civiles en España, se veía a menudo sometida a tipificaciones y encasillamientos que ponían en peligro los fines que perseguía: transmitir el Evangelio en la sociedad, siendo sal y levadura, como los primeros cristianos, contando para ello con la fe y la ciencia, la educación y la cultura.

Una joven directora

Hombre de Iglesia, sacerdote veraz, a punto de cumplir 50 años y con su fundación en auge, Poveda siente que los obstáculos que se presentan en algunos frentes se pueden disipar si el Papa da su aprobación. Pero desde el primer momento decide no ir él a Roma. Prepara la documentación con Josefa Segovia, de 32 años, directora general desde 1919, que hasta entonces compatibiliza el cargo con el de Inspectora de Enseñanza y pide la excedencia para viajar a Italia. Acompañan a la directora general otras dos mujeres miembros del directorio. En una estancia de 28 días en Roma recorren despachos de canonistas y dialogan con prelados para finalmente obtener una audiencia privada con Pío XI en la que, después de haberlo memorizado en italiano, Josefa Segovia resume al Papa las características de la Institución y le pide su aprobación y la bendición para el fundador.

De regreso a España, tuvieron que esperar más de un mes para recibir respuesta de Roma, pero finalmente la Institución obtuvo la deseada aprobación y en el modo deseado por el fundador: como Pía Unión Primaria, la forma canónica más simple entonces y que se corresponde con la Asociación privada de fieles que es hoy la Institución Teresiana. Podemos imaginar la alegría profunda de aquellos momentos.

Poca cosa canónicamente

La novedad, la singularidad, de este carisma es precisamente ser poca cosa canónicamente y, al mismo tiempo, contar con miembros comprometidos, obras y proyectos, que piden dedicación, formación, empeño de vida. Un programa que Pedro Poveda sintetizó con palabras del apóstol Pedro: “Vosotros pues, aplicando todo cuidado, juntad a vuestra fe virtud, y a la virtud, ciencia, y a la ciencia, templanza, y a la templanza, paciencia, y a la paciencia, piedad” (2 Pe, 1, 5-7).

Líneas de misión hoy

Cien años después de su aprobación pontificia la Institución Teresiana está hoy presente en 30 países y cuenta con cerca de 3.000 miembros. La celebración del centenario es un tiempo para reconocer a tantas personas que, en estos años, han hecho vida el carisma, aportando su voz y su rostro, riqueza y diversidad. Es el momento para agradecer a Dios los frutos recibidos desde las obras y proyectos desarrollados, los que permanecen y otros que han tenido un recorrido limitado. Personas, proyectos, presencias, diversidad de culturas, lenguas, creencias… han hecho plural y diversa la Institución de hoy.

Encuentro Internacional de la Institución Teresiana

Encuentro Internacional de la Institución Teresiana (Julio de 2023)

En el Encuentro Internacional y la Asamblea General recientemente celebrados, la Institución ha subrayado líneas de misión que comprometen a tejer redes de fraternidad en el mundo, a implicarse con las familias y a acompañar a los jóvenes, desde el carisma específico con la mediación de la educación y la cultura.

Hoy la Institución se siente urgida ante las situaciones de este mundo nuestro que piden con fuerza cuidadores y defensores de la dignidad de cada persona y de la casa común, artesanos de paz, hombres y mujeres que sean sal y luz.

El centenario es también una nueva oportunidad para abrir el carisma a más jóvenes que buscan vivir su fe.

La Institución Teresiana es una propuesta humanizadora, transformadora, que se radica en el Evangelio de Jesús y promueve valores de paz, justicia, entendimiento y concordia.

Gregoria Ruiz, directora general de la Institución Teresiana

Gregoria Ruiz, directora general de la Institución Teresiana

Como ha señalado Gregoria Ruiz, directora de la Institución, “deseamos que este centenario sea ocasión propicia para seguir mirando al futuro con esperanza, abriendo nuevos caminos de arraigo y evangelización, recreando con audacia nuestra vocación laical, en una Iglesia siempre en salida y sinodal. Es tiempo de abrirnos al Espíritu que nos acompaña en la aventura de emprender, junto a mucha gente, un nuevo centenario”.