El papa Francisco se ha dirigido en más de una ocasión a las mujeres recalcando el papel que ellas ocupan en la vida civil y abogando por el reconocimiento de sus derechos, deseando que se genere el espacio en el que se desarrollen sus talentos y puedan así aportar su riqueza en el mundo.
De este derecho ha hablado recientemente en un discurso afirmando que “el papel de la mujer en la Iglesia no es feminismo, ¡es un derecho! Es un derecho de bautizada con los carismas y los dones que el Espíritu le ha dado”.
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La mujer ha estado presente en las cofradías casi desde sus orígenes, aunque su papel se reducía a cuidar el ajuar de la Virgen, a ser camareras y poco más.
Con motivo del VIII Congreso Nacional de Cofradías y Hermandades celebrado en Barbastro del 9 al 12 de febrero de 2023 –que reunió a más de 200 personas bajo el lema Dimensión sociológica de la Semana Santa–, pudimos visitar una exposición en el archivo del Museo Diocesano sobre los orígenes de las cofradías. Uno de los documentos que más interés suscitó fue una nómina de cofradesas del siglo XVII. La mayoría de ellas eran esposas o viudas de cofrades, y su papel en la cofradía era exclusivamente espiritual, reflejo de la sociedad de ese momento.
A finales del siglo XIX nacen nuevas devociones como al Corazón de María y al Sagrado Corazón de Jesús y en torno a ellas surgen asociaciones exclusivamente de mujeres, como la Archicofradía de las hijas de María.
En los años de crisis posconciliares, donde la piedad popular es cuestionada, las cofradías dejan de tener una estructura organizada, sin juntas de gobierno. Con esa situación, son las mujeres las que de forma práctica trabajan para continuar con la actividad de las mismas, preocupándose para que se siguiesen organizando actos, con un trabajo callado desarrollado durante años, sabiendo mantener las tradiciones y el sentido cristiano y cofrade desde la óptica humilde y sencilla. No asistían a reuniones, no formaban parte de las juntas de gobierno, aunque todos sabían que quien tomaban las decisiones eran ellas. Su presencia fue un revulsivo para la Semana Santa de Barbastro.
Las mujeres ya están presentes
Cuando a principios de los años 90 las cofradías resurgen y se vuelven a reorganizar, las mujeres ya están presentes desde hace tiempo trabajando en diversos ámbitos cofrades. Es entonces cuando de forma natural pasan a ocupar puestos de más responsabilidad en las estructuras que se van organizando, siendo así hasta nuestros días.
En mi caso, fui elegida hermana mayor de la Hermandad del Santo Cristo de la Agonía y Nuestra Madre Dolorosa en mayo de 2012, puesto al que llegaba después de ser vocal de atributos de la misma hermandad.
En ese momento, de las siete cofradías que existen en la ciudad de Barbastro, tres eran ya presididas por mujeres.
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