El compromiso contra la trata de personas dentro de la Congregación se inició a finales del siglo pasado con la Hna. Valeria Gandini (Italia) y la Hna. Rachele Fassera (Uganda). En 2014, con el nombramiento de la Hna. Gabriella Bottani (Italiana) para la coordinación internacional de Talitha Kum en la Unión Internacional de Superiores Generales (UISG), la Congregación decidió, de hecho, promover este ministerio a través de la participación en redes intercongregacionales, potenciando el elemento del carisma comboniano que nos invita a vivir la catolicidad a través de la colaboración con todas las fuerzas eclesiales para afrontar juntos los grandes retos de todos los tiempos, en este caso la trata de personas.
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Estas hermanas siguen las huellas del carisma vivido al femenino, en particular las huellas trazadas por Sor Fortunata Quascè, nuestra primera hermana sudanesa, rescatada de la esclavitud y educada en Verona (Italia). Fortunata es una mujer que responde con valentía a la llamada de Dios que la invita a participar en el carisma comboniano y en su Plan de Regeneración para África.
Fortunata encarnó este plan en su propia vida y, una vez que llegó a Sudán como institutriz laica, reconoció la llamada del Señor a ser una Pía Madre de la Negritud. Su sí, dicho con su vida, la llevará a acompañar a las niñas rescatadas de la esclavitud en el camino de la liberación mediante el anuncio del Evangelio y su educación.
Talitha Kum entiende por “trata de personas” el proceso por el que una persona es coaccionada o atraída por falsas perspectivas, empleada o trasladada a otro lugar y obligada a trabajar y vivir en condiciones de explotación y abuso. Las víctimas de la trata pueden ser forzadas a la explotación sexual, a matrimonios forzados o precoces (incluso en una edad infantil), o a trabajos de explotación, por ejemplo, en el servicio doméstico, la agricultura, la pesca, la hostelería, la minería o la manufactura. La trata de seres humanos roba a las víctimas su dignidad, su derecho a disponer de su vida y a vivir con seguridad y libertad.
Las Misioneras Combonianas actúan en acciones preventivas contra la trata según la metodología desarrollada por Talitha Kum:
- Prevención primaria: las hermanas promueven campañas de sensibilización, formación e información, implicando especialmente a los jóvenes como protagonistas.
- Prevención secundaria: son acciones de prevención con grupos de riesgo. Como la Hna. Benjamine Kimala, que lleva a cabo actividades con jóvenes en los lugares donde son reclutados por los traficantes.
- Prevención terciaria: es el apoyo que se da a los supervivientes de la trata, a sus familias y a sus comunidades para sostener los procesos de inserción sociolaboral. Como la Hna. Valeria Gandini, que en Palermo sigue acompañando a las niñas y mujeres supervivientes ofreciendo apoyo espiritual, material y psicosocial.
El acompañamiento a largo plazo de las mujeres que salen de la trata tiene como objetivo evitar que, una vez rescatadas, caigan en la desesperación, se sientan culpables o indefensas y vuelvan a ser reclutadas.
*Artículo original publicada en el número de diciembre de 2022 de Donne Chiesa Mondo. Traducción de Vida Nueva