Ante todo, para hablar de algunos desafíos de los católicos en Argentina entendemos que el primero es recordar siempre que la Iglesia “existe para evangelizar…” (Evangelii Nuntiandi, 14), como así también que, no hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios. (Ib., 22)
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Por otra parte, el Papa Francisco, citando al Papa Benedicto XVI, afirma: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”(Evangelii Gaudium, 7).
Algunos de estos desafíos
Un desafío es no anteponer, como antes se hacía con la conducta sexual, la conducta social al anuncio de Jesucristo, dado que la moral cristiana es consecuencia de la adhesión a Él. Al respecto cuestiona que muchas veces nuestras Parroquias sean espacios donde los pobres van en busca del pan material, pero luego ellos van a las sectas a buscar el alimento espiritual que escasamente pueden darle.
Otro desafío es la crisis de la familia en medio del secularismo cultural imperante y el quiebre en la transmisión de la fe. Los adultos, a partir del encuentro, o reencuentro, con Jesucristo vivo, están llamados a transmitir la fe en la familia.
Un desafío en lo social es la presencia de los laicos comprometidos con Jesucristo en la vida pública, siendo instrumentos generadores de una cultura del encuentro y aplicando en el orden temporal, sin dependencias inmaduras de la Jerarquía, los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
Dado que el Evangelio es siempre instancia crítica última, superadora de todo proyecto político, se requiere en nuestra Argentina una gran fortaleza para no caer en la tentación del clericalismo.
Compromiso político
Nuestra historia política, marcada desde los años 40 del siglo pasado por un movimiento que nació proclamando que su política se inspiraba en las encíclicas sociales de la Iglesia, no es ajena al mencionado clericalismo que, por el lado de la política partidaria, se expresa como instrumentalización de lo religioso y, por el lado, religioso se expresa asumiendo públicamente la identificación política partidaria mayoritaria entre los pobres, sea para identificarse con ellos, sea como búsqueda de un liderazgo impropio.
A la hora del compromiso político partidario de los laicos, un desafío es no olvidar dos cosas: en el plano de los hechos, que en años recientes el mencionado movimiento en el gobierno fue el que legalizó el mal llamado matrimonio igualitario, como así también el aborto y en el plano doctrinario las palabras del Papa Francisco en el sentido que no existe una única forma de compromiso político para los católicos:
“No va más el partido católico. En política es mejor tener una polifonía en política inspirada en una misma fe y construida con múltiples sonidos e instrumentos, que una aburrida melodía monocorde, aparentemente correcta, pero homogenizadora y neutralizante –y de yapa– quieta”.
Escrito por Monseñor. Emilio Cardarelli. Vicario General del Arzobispado de Rosario y miembro de la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos