Tribuna

Desafíos de los católicos en España (II)

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El gran reto y propuesta para los católicos es, como escribe el papa Francisco en ‘Fratelli Tutti’: “Hacerse presentes ante el que necesita ayuda, sin importar si es parte del propio círculo de pertenencia”.



Prosigue el Papa:

“En este caso, el samaritano fue quien se hizo prójimo del judío herido. Para volverse cercano y presente, atravesó todas las barreras culturales e históricas. La conclusión de Jesús es un pedido: ‘Tienes que ir y hacer lo mismo’ (Lc 10,37). Es decir, nos interpela a dejar de lado toda diferencia y, ante el sufrimiento, volvernos cercanos a cualquiera. Entonces, ya no digo que tengo ‘prójimos’ a quienes debo ayudar, sino que me siento llamado a volverme yo un prójimo de los otros” (FT 81).

Otros desafíos muy importantes son la justicia, la verdad y la defensa de los derechos. No los puedo desarrollar uno a uno como quisiera, pero eso no implica que sean menos necesarios que la solidaridad.

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Respeto a los derechos individuales y colectivos

Señalar la problemática común que se está produciendo por causa del individualismo imperante. En muchas ocasiones, estos derechos se defienden de manera diferente si afectan a uno mismo, su propia familia o amigos, que sí afectan a personas más lejanas o desconocidas.

Se justifica con facilidad lo que afecta a nuestros conocidos mientras que se pide cumplimiento estricto y comportamientos inflexibles a los más lejanos. Y esto ni es justo ni ético.

La justicia exige reconocer y respetar no sólo los derechos individuales, sino también los derechos sociales y los derechos de los pueblos. Es muy importante respetar los derechos de todas las personas por igual y esto significa, por ejemplo, que las personas mayores tienen derecho a la asistencia sanitaria como tienen las personas de menos edad y que las vacunas se han de administrar según los protocolos, etc.

La verdad se está viendo atacada por los múltiples bulos y exageraciones que se difunden con facilidad en las redes sociales. Estas falsedades aumentan la desconfianza, la inseguridad, el miedo y, por ende, el individualismo.

La solidaridad frente a la adversidad

He expuesto los desafíos que tenemos como personas y como católicos en nuestra sociedad y algunos de los problemas que enfrentamos. Pero, también quiero subrayar, manifestar mi orgullo y admiración, que, a pesar del individualismo reinante, hay muchos profesionales sanitarios, muchas personas y organizaciones trabajando y ayudando.

Por ejemplo, Cáritas, en la que miles de personas, muchos de ellos voluntarios, trabajan sin descanso por la justicia, los derechos de las personas, la verdad y la solidaridad. Siendo la esperanza que nuestra sociedad camina hacia una mayor justicia y solidaridad.

Haciendo una llamada a la esperanza, quiero hacer mías las palabras de Francisco:

“Las dificultades que parecen enormes son la oportunidad para crecer, y no la excusa para la tristeza inerte que favorece el sometimiento. Pero no lo hagamos solos, individualmente. El samaritano buscó a un hospedero que pudiera cuidar de aquel hombre, como nosotros estamos invitados a convocar y encontrarnos en un “nosotros” que sea más fuerte que la suma de pequeñas individualidades” (FT 78).

Finalmente, termino con una reflexión del Rector de la Universidad Pontificia de Comillas:

“En medio de todo lo que nos conmociona, tenemos una gran ocasión para dejar que la crisis tremenda que nos está tocando vivir provoque una búsqueda existencial y espiritual de la que salgamos más humanos y dispuestos a buscar caminos de reconciliación con nosotros mismos, con los demás, con la creación y con Dios; más abiertos a la sencillez, a la gratuidad, a la sorpresa y a la pequeña-gran tarea de descubrir lo esencial, donde se halla el sentido de la vida”[1].

[1] Julio L. Martínez sj., (2021, marzo 4). El sentido de la vida. ABC, p.3.


Escrito por Carmen Sánchez Carazo. Miembro de la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos, doctora en Medicina, máster en Bioética, ex concejala del Ayuntamiento de Madrid (PSOE)