Reorientarnos desde la Pascua
Por lo general, en la vida cuando queremos que algo funcione de una manera plena o lo mejor posible vemos primero lo medular para luego modificar lo secundario. Si tenemos una filtración de agua en una pared, no pintamos primero… sino que vamos a la raíz de lo que provoca la mancha de humedad para luego pintar y lo arreglado perdure. En términos más camperos y populares, es poner los caballos delante de la carreta para que esta funcione y cumpla su misión…
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Conversión desde… y no para…
Hace unos días la fe cristiana inició un tiempo litúrgico llamado Cuaresma… En varios textos y redes, se pone el acento en lo qué se debe hacer y las prácticas de piedad que predominan durante los 40 días que lo componen. Algunos resaltan las acciones privadas e intimistas, otros la dimensión de oración y de sacrificios, varios las privaciones y cómo se debe llevar adelante la conversión….
Comprender la Cuaresma de esa manera, es pintar sin arreglar la filtración de agua, es poner la carreta delante de los caballos…
La conversión cristiana es consecuencia del amor recibido, de la gracia regalada, de la ternura de una Trinidad que “visita y redime a su Pueblo” (Lc. 1, 68), de un Abba/Imma que mira a la humanidad de una manera tal que su Hijo “acampa entre nosotros” (Jn. 1, 14), incluso cuando “éramos pecadores” (Rom. 5, 6). Es esta ágape divina la que provoca la metanoia, la orientación desde la acción de Dios que nos primerea y toma la iniciativa (DV. 1). Por lo tanto, la Cuaresma es un tiempo que se comprende desde la Primacía Pascual, es decir, un período en el que la Resurrección de Jesús nos impulsa a vivir “por él, con él y en él” (Doxología de la Plegaria Eucarística). Es decir, la Pascua convierte a la Cuaresma, no al revés. Porque la Cuaresma existe, porque se cree en la Resurrección.
¿Qué conversiones nos impulsa a realizar la Pascua ya realizada y adveniente?
Ser Comunidad de fe in plena
“Los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. Al verlo, se postraron delante de él; sin embargo, algunos todavía dudaron. Acercándose, Jesús les dijo: Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo” (Mt. 28, 16 – 20)
Este texto post pascual, comienza con un número “los once”… Es un dato del cual podemos inferir que es porque falta uno… Judas. Pero no es solo algo cuantitativo, sino que se podría mirar de manera simbólica… La iglesia de la Pascua es plenificada, no es plena en sí misma, y esa pléroma se va realizando cuando otra persona se torna en discípulo de Jesús. Aquí el texto mateano nos brinda algunas “intuiciones” para ser discípulos:
- Ser sínodo: fueron los once, pero fueron juntos. Caminar juntos, no es una palabra de moda ni una acción esporádica. Es la esencia del ser iglesia. Ellos caminaron juntos, incluso con los que dudaban. Ser sinodal es romper la mentalidad de “ghetto” y de la cultura de la cancelación.
- Ser respuesta de fe: “fueron” a donde habían sido convocados. Ser cristiano es una opción existencial que implica una respuesta a la propuesta de la Buena Noticia, no es una militancia para convertir.
- Ser próximos: “acercándose” … Es una de las notas distintivas de la Pedagogía Divina, la Trinidad siempre se acerca (no porque nos convirtamos). Y, por lo tanto, es nuestra identidad cristiana “acercarnos” al misterio de la Trinidad que ya está entre nosotros y acercarnos al prójimo… Y este proceso se puede dar “cuando todavía algunos dudan”
- Ser Contemplativos de los indicios de la presencia del Resucitado: fueron juntos y juntos lo percibieron “al verlo”
- Ser servidores: “se postraron”, se pusieron a los pies de un Misterio Divino – Humano. Por eso, la comunidad (imperfecta) se hace servidora de las personas divinas y humanas.
Creer, anunciar, celebrar la fe en Jesús, el Cristo Resucitado… nos identifica como una comunidad que siempre tiende a la plenitud, sabiendo que ella no está “satisfecha” ni llena en sí misma, sino que, por la atracción del Misterio Pascual, estamos impulsados a que otras personas y comunidades descubran y sigan la alegre noticia del Dios hecho carne, muerto y resucitado para la salvación. Es un proceso que solamente culminará en la Parusía. Mientras tanto, siempre seremos once, y cuando alguien se sume, volveremos a ser Once, porque siempre necesitamos “ser y hacer discípulos” nuevos.
Utilizando un lenguaje del mundo digital en Instagram, en el cual se expresa el “in” como lo contrario al vocablo que lo sigue: siempre feliz, nunca in – feliz, siempre alegre, nunca in alegre… es que nos animamos a vivir en una iglesia siempre in plena, nunca satisfecha.
Ser Comunidad de fe Periférica
Continuando con el texto del Evangelio según Mateo, los once fueron a Galilea… Fueron la periferia del territorio de la Palestina del tiempo de Jesús, “Galilea era un punto clave en el sistema de caminos y rutas comerciales del Próximo Oriente, pues permitía la comunicación entre los pueblos del desierto y los pueblos del mar” (Pagola, José Antonio, 2012, pág. 13). Según este autor, es una zona donde la desigualdad predomina, donde la mayoría es pobre y hay una pequeña élite…
Es en esa región donde Jesús anunció el Reino, donde se pregona la igualdad y se defiende al débil, marginado e indefenso, donde se critica la vida fastuosa, cómoda… Ser una iglesia periférica es ir – ser – estar con los expulsados, empobrecidos, marginados, ninguneados, explotados, con los que padecen la cultura de la cancelación incluso en las estructuras eclesiásticas… Ser una iglesia periférica es dejar de ser la Sociedad perfecta al lado de los poderosos, dejar de lado la mentalidad de “ghetto” y convertirnos, desde la Pascua, en la comunidad que responde y vive el estilo de Nazareno. La cuaresma vivida desde la Pascua, es el tiempo propicio para este cambio.
Ser Comunidad de fe Convocada
“Fueron a la montaña donde Jesús los había citado”. Mateo nos presenta una convocatoria como con dos movimientos interrelacionados:
- Ir hacia… el lugar del encuentro (Montaña), donde fueron citaros, a la periferia (Galilea), al lugar donde el Resucitado está.
- Salir de: Vayan y hagan, salir de donde se está para ir a otros pueblos, culturas, vidas, etc.
Convocados para ir y salir, para estar en la dinámica del Reino, para ser/estar junto a los otros, a los que sufren, a los que esperan, a los que están necesitados de encontrarse con quien da plenitud a la vida: Jesús, el Resucitado.
Ser Comunidad de fe Próxima
“Acercándose” … Nuevamente el misterio de Dios toma la iniciativa. Primero crea, se encarna, Muere y Resucita, luego convoca y ante nuestras dudas se acerca. Es una cercanía en la cual nos revela quién es y qué hará: estará hasta el fin del mundo. En estos versículos del texto de Mateo queremos destacar la iniciativa de Dios como una de sus “cualidades”.
Vivir la Cuaresma desde la Pascua, es ser al estilo del Dios que creemos, vivimos, anunciamos, celebramos… Por lo tanto, es la Resurrección la que nos convierte en “próximos” de los demás. Ella nos invita y exige que el ayuno sea caridad con el pobre, que la oración sea pedagogía de vida con los otros y que la preparación es tal porque ya estamos en la fiesta.
Ser Comunidad de fe desbordada
Mientras se pregona que la cuaresma es un tiempo de privación, la Pascua nos invita a vivir desde el desborde. Los seres humanos somos especialistas en poner límites (e infringirlos). En el ámbito de la fe, los números son uno de esas limitaciones que van configurando una forma de pensar (10 mandamientos, x cantidad de preceptos, 7 sacramentos, 7 y 7 obras de misericordia, 12 apóstoles, etc.)
La experiencia Pascual que nos brinda Lucas en el capítulo 24 del Evangelio de Jesús, es algo que podría ser paradojal y hasta contradictorio con la “limitación numérica” que le ponemos al actuar de Dios, porque menciona:
- Los once
- Todos los demás
- María Magdalena, Juana y María, madre de Santiago,
- Las demás mujeres
- Los Apóstoles
- Dos discípulos van a Emaús (Cleofás y un no nombrado)
Pareciera que, para Lucas, la experiencia Pascual no se puede encerrar en una escala numérica, ni en experiencias individuales, sino que la Resurrección nos hace vivir en el desborde de la presencia de los demás y del mismo Resucitado. La fe en Jesús es inclusiva y abierta, sin fronteras, porque somos amados sin límites por Dios, que es amor (1ª Jn. 4, 8)
Por el capítulo 24 del Evangelio según Lucas, la cuaresma vivida desde la Pascua nos configura con el Maestro que se aparece allá (Jerusalén), aquí (en el camino), en medio de la gente, de nuestra vida.
Por esto mismo, la Cuaresma es un tiempo de presencia en el mundo como comunidad de fe in plena, periférica, convocada, próxima y desbordada de ternura y alegría porque Dios “ha cambiado nuestra suerte”.
La Pascua hace de la cuaresma un tiempo en el que los cristianos exclamamos “del amor venimos y al amor volvemos”, porque somos creados por el amor y sostenidos en la ágape (GS. 19)
La Pascua cambia la mirada, por eso el día que inicia la Cuaresma, es el “Miércoles de Sonrisas” porque grandes cosas ha hecho el Señor por nosotros y estamos desbordantes de alegría” (Sal. 126/125,3)
Comunidad orante
Espíritu memorioso,
es bello y enriquecedor, alabarte
porque con tu aire fresco nos haces revivir la experiencia redentora del amor,
porque con tu aliento de vida impregnas la historia de personas que vieron, tocaron, olieron, palparon, gustaron, escucharon y disfrutaron de la Trinidad y todavía hoy lo sigues haciendo,
porque haces de la vida una experiencia profunda de transformación
Espíritu de la conversión, te damos gracias
por todas esas personas que certifican el Evangelio como Buena Noticia que libera
porque son capaces de recordar y otear nuevos horizontes,
de ir a la fuente y actualizar, haciendo brotar palabras de vida y sanación,
porque rompen los paradigmas que atentan contra la dignidad humana,
porque suscitan alternativas más humanas, justas y fraternas,
porque siguen construyendo un mundo mejor
Espíritu de la locura, te pedimos que podamos ser locos,
que siendo parte de una asamblea hagamos memoria y actualización,
que sigamos siendo locos alegres entre el ayer del primer día y el mañana del octavo,
que siendo incoherentes construyamos un estilo de vida semejante al de Jesús:
que donde haya ausencia, estemos,
donde haya soledad abracemos,
donde haya esclavitud liberemos,
donde haya egoísmo nos brindemos,
donde haya soberbia hagamos memoria,
donde haya oscuridad proyectemos juntos,
donde haya cerrazón abramos todo para percibir la voz del amor que nos precede.