Tribuna

El consejo inédito de Casaldáliga: “Sé radicalmente fiel, no te des a medias”

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Varios días antes de mi profesión religiosa, nos llegó al Noviciado una carta de Dom Pedro Casaldáliga, hermano claretiano, obispo. Siempre lo tuve por un hombre enteramente de Dios, experto en humanidad. Amigo de los pobres, Casaldáliga fue un verdadero profeta, amigo de Dios y precursor de un mundo nuevo.



Reproduzco algunos de los fragmentos más importantes de aquella carta que me sirvió de preparación espiritual para mis primeros votos como misionero, que realicé en Vitoria, el día 27 de agosto de 1994. Se me hace actual y muy vivo su contenido. Como todo lo importante, no pasa de moda.

 

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Gracias, hermano Pedro, por este legado que guardaré para siempre en lo profundo de mi corazón, como un hermano pequeño, hijo del Corazón de María. ¡Misioneros hasta el cielo! Descansa en Paz, hermano:

 “ (…) Sabes lo que vas a hacer -a recibir, porque Gracia es esa llamada, privilegio gratuito, confianza del Señor, lujo del Espíritu…Recuerda siempre la palabra de Jesús: Siervos inútiles…

Eso no quita brío ni belleza ni utopía a nuestra profesión religiosa. La hace, eso sí, humilde, agradecida, evangélica. Sé fiel, radicalmente fiel; no te des a medias, no entes en una institución simplemente. No te dejes enredar por supuestas crisis -que vendrán, claro, pues humanos y temporales somos- que muchas veces cultivamos morbosamente como disculpa por nuestra falta de fe, de oración, de honestidad, de pobreza, de castidad alegre y cordial.

(…) Se celebra este año el sínodo de la vida religiosa. Por ello, siéntete especialmente responsabilizado para asumir la ‘renovación’. En el seguimiento de Jesús. Sin trampa.En pobreza (popular), en castidad (libremente, gozosamente vivida), en obediencia (comunitaria y servicial). Apostólicamente, a lo Claret. En la fidelidad del corazón de la Madre -la de Belén, la del Magníficat, la del Calvario y la Pascua, la de Pentecostés”.

 (De una carta de Dom Pedro Casaldáliga, cmf. 16 de agosto de 1994).