Tribuna

¡Es hora de incluirnos!

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La Asamblea Capitular reunida en Vic para la celebración del Capítulo XXVIII de la Congregación de Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna, representando a la Familia Vedruna presente en cuatro continentes, nos dirigimos a la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.



Saludamos a toda la Asamblea y, de forma especial, a las mujeres que forman parte de ella, a quienes apoyamos y en quienes nos sentimos representadas. También saludamos y agradecemos al papa Francisco su disposición a favorecer la participación de las mujeres.

Desde nuestras comunidades hemos participado activamente en la etapa diocesana del proceso sinodal y lo valoramos en la esperanza de un nuevo renacer de la Iglesia. Nuestro vivo sentido de pertenencia eclesial nos impele ahora, como comunidad capitular, a decir nuestra palabra al Sínodo.

Nosotras, igual que otras mujeres, vivimos diferentes modos de exclusión en espacios y foros habitualmente reservados a varones, especialmente, a los ordenados. Muchas veces se ignoran nuestras capacidades, nuestra mirada y nuestra palabra en los discernimientos, en las responsabilidades, en la toma de decisiones, en la interpretación de la Palabra y el magisterio, así como en la forma de organizar la Iglesia en los diferentes niveles. Se sostiene la igual dignidad bautismal de varones y mujeres, laicos, laicas y ordenados, pero echamos en falta una práctica que trasluzca con nitidez este reconocimiento.

Preocupación por la situación de exclusión

Todo ello nos mueve a expresar nuestra profunda preocupación por esta situación de exclusión. Creemos que está en juego que la Iglesia sea memoria viva de Jesús, Buena Noticia para todos y todas. También consideramos que la cultura eclesial clerical contribuye al alejamiento de la Iglesia de las nuevas generaciones.

Pedimos a esta Asamblea que dialogue y delibere con valentía para abrir caminos de esperanza hacia una Iglesia que sea:

  • Comunidad de comunidades que incluye y reconoce la igual dignidad de mujeres y varones, ordenados o no, acompañando los procesos de fe.
  • Comunidad que ejerce un liderazgo compartido entre los diferentes carismas y servicios, con relaciones alternativas a un mundo patriarcal desigual.
  • Comunidad que, sostenida en la radical igualdad de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26-27), la manifiesta en sus estructuras y su predicación; en el magisterio, la interpretación bíblica, las celebraciones y la formación en los seminarios diocesanos; en su acción social y su compromiso por la justicia, la paz y la integridad de la Creación.

Nuestra fundadora, santa Joaquina de Vedruna, mantuvo un diálogo fraterno con la Iglesia para discernir y tomar decisiones antes, durante y después de la fundación de la Congregación. También nosotras buscamos mantener ese diálogo allí donde estamos y lo reclamamos para todas las mujeres en igualdad de condiciones.

Confiamos en el buen hacer del Sínodo a la escucha de este clamor eclesial y social. Por nuestra parte, ratificamos nuestro compromiso de caminar en sinodalidad, acompañando y siendo acompañadas para entretejer comunidades vivas de una Iglesia en salida, samaritana y profética desde los diferentes espacios en los que estamos presentes.

Confiadas en que la Ruah Santa los acompaña, reciban nuestras bendiciones.


*María Teresa Cuervo Buitrago, CCV. Hermana general de las Carmelitas de la Caridad Vedruna.