Para qué vivir tan separados si la tierra nos quiere juntar. Si este mundo es uno y para todos, todos juntos vamos a vivir. Todos juntos vamos a vivir. Todos juntos vamos a vivir. (Pastorutti, Soledad – Todos juntos, 2001/2002)
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En Argentina esta melodía tiene muchos años de interpretaciones y ha impregnado la cultura popular desde 1972 que se publicó por primera vez. Era común escucharla en celebraciones barriales, parroquiales, campamentos, fogones, etc.
El XXVI Domingo de la vida pública y las lecturas que se proponen, pareciera tener un común denominador: hay un Dios que es universal, que clama contra la mentalidad de ghetto o de privilegiados.
Un Dios condescendiente y concomitante
“Entonces el Señor descendió en la nube y le habló a Moisés” (Num. 11, 25)
Asumimos, creemos y proponemos que una de las notas distintivas de la pedagogía de Dios es la condescendencia que, en su significado etimológico, expresaría el acto de descender juntos o al mismo tiempo (…) Significa adaptarse a la capacidad del otro” (Pujol, Jaime; Domingo, Francisco; Gil, Anastacio & Blanco, Mateo, 2001, pág. 50). Por ello que, en la experiencia de Dios, es descender y estar al lado del otro, haciendo un camino juntos, es decir, concomitante: porque está y actúa en la creación, produce concordancia de espíritu que engrandece y enaltece, donde grandioso y pequeño, sublime y bello, creador y creatura están en una relación de distinción, pero no de separación. Produciendo así el ensanchamiento del corazón, en el que el gozo interno se hace visible en la sonrisa y la alegría exteriorizada (Curia, Christian, 2022, pág. 14)
Por esta concomitante condescendencia, él se hace presente (está) en la historia transformándola y proyectándola como lugar y espacio de Salvación.
Un Dios que distribuye… a su gusto
Después tomó algo del espíritu que estaba sobre él y lo infundió a los setenta ancianos” (Num. 11, 25)
Maravillosa escena: desciende, da, toma, reparte e infunde.
Evidentemente el Dios de la Revelación no es “de unos”, ni de muchos… es de todos. Y para que se manifieste esta claridad el Espíritu no es de Moisés, ni de los 70, ni de Pablo, ni de Karol, ni de Joseph, ni de Jorge…
El don de Dios es de él y se manifiesta en la diversidad de personas, no en la uniformidad de ritos.
Un Dios sin posesión
“Josué, hijo de Nun, que desde su juventud era ayudante de Moisés, intervino diciendo: Moisés, señor mío, no se lo permitas” (Num. 11, 28) “Juan le dijo: Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros” (Mc. 9, 38)
Este XXVI Domingo de la vida Pública es una oportunidad para contemplar el misterio que decimos profesar, celebrar y anunciar. Hay una experiencia común entre la primera lectura y el evangelio: se quiere prohibir la expresión libre de Dios.
Muchas veces las religiones padecen la supina soberbia teológica: pretenden que Dios actúe según parámetros religiosos.
Y justamente, la actitud piadosa del creyente profesa que “Dios no tiene posesión”, que él no es poseído por nadie, que actúa dónde, cómo y con quiénes quiere.
Es el Dios de la sorpresa que donde está hace maravillas con y desde las personas, porque es concomitante, es condescendiente.
Paradoja de la omnipotencia… es el Dios que está sobre, desciende y hace camino junto a las personas. Si, con las personas, no con instituciones o mentalidades de privilegiados o de destino manifiesto.
Clama contra el ghetto
“La voluntad de gueto quiere mantener (…) tal como era antes: un grupo muy homogéneo en sí mismo en la fe, en la praxis y en la reacción frente al ambiente social, un grupo claramente delimitado de lo exterior, que estaba orgulloso de su unidad y del significado hacia afuera (…) y representado por un partido político” (Perea , Joaquín & González Faus, José & Torres Queiruga, Andrés & Vitoria, Javier, 2012, pág. 33)
Esta cita es una frase de Karl Rahner. Él fue un teólogo alemán nacido en 1904 y celebró su pascua en 1984. Su influencia fue importante en el Concilio Vaticano II, trabajó junto a Yves Congar, Dominique Chenú, Henri De Lubac en la denominada Nouvelle Théologie. Ellos criticaron la encíclica de Pío XII Humane Generis y esto les valió entre otras cosas ser considerados “modernistas” y se les prohibió enseñar en la religión católica. Hasta que vino un hombre de Dios, Ángelo Roncalli (Juan XXIII), levantó esa prohibición de mentalidad de ghetto (nada raro en Pacelli) y luego los invitó a formar parte de la Asamblea Conciliar.
El ghetto, es vivir una introversión ansiosa, que piensa en sí mismo y en cómo hacer que la gente, que ya no está, vuelva o venga al rebaño.
La mirada universal de la revelación vive, acepta y propone que fuera de una religión hay salvación porque Dios no es posesión de un culto ni tiene prohibido su presencia por ninguna jerarquía.
¡La iglesia clama reforma! ¡Clama hacer frente a la mentalidad de contra-reforma, de ghetto, de invierno eclesial!
- Cambio eclesial. Donde Dios se revela acontece, sucede y produce lo que él es. Y todo lo que él crea, participa de su misterio (Concilio Vaticano II – DV, 1965) (#1). Por lo tanto, quienes vivimos y nos consideramos iglesia que anuncia el Reino, necesitamos romper la mentalidad de ghetto y transformarnos:
- No hay separación entre sagrado y profano. “Dios ha visitado y redimido a su pueblo”. Todo lo “infundido” por lo divino tiene característica de sagrado (Ex. 3, 5).
- No existe un pasado glorioso al que queramos volver: superar el resentimiento y el lamento (Marinne Dirks)
- Cambio de actitud frente al mundo: El Concilio Vaticano II lo expresó categóricamente en la Constitución Pastoral Gozos y Esperanzas: sobre la iglesia en el mundo actual ni en contra, ni separada…
- Cambio hacia el mundo: la iglesia aprende de las personas, dialoga con ellas, contempla la presencia de Dios en sus vidas, asume los signos de los tiempos, no está a la defensiva.
- Cambio de mentalidad y espiritualidad: superar la mentalidad/espiritualidad constantiniana de la estructura sobre el Espíritu, “donde la voluntad de renovación se limita a las estructuras y no está dispuesta a la conversión, al cambio del corazón, no se abre al Espíritu y a su actividad no planificada de antemano y no previsible, entonces no se supera el peligro del gueto. Al contrario: puede surgir un nuevo encapsulamiento con presagios invertidos”(Perea , Joaquín & González Faus, José & Torres Queiruga, Andrés & Vitoria, Javier, 2012, pág. 42).
- Cambio existencial: necesitamos superar el invierno eclesial (según Karl Rahner) porque en él se “pretendió formar un tipo de cristiano a base de seguridad y certezas sin fisuras, mediante la presión eclesial y la cobertura de unas leyes restrictivas del error” ((Perea , Joaquín & González Faus, José & Torres Queiruga, Andrés & Vitoria, Javier, 2012, pág. 69), de unidad férrea en los ritos, de magisterialismo por encima de la Escritura (1978 – actualidad).
- Cambio de lenguaje: todo cambio externo es consecuencia de la transformación por la presencia e infusión del Espíritu, que se hará visible en la innovación y superación del lenguaje de ghetto. Una iglesia que vive en la presencia de Dios no tiene “consagrados y no consagrados”, sacerdotes y laicos, ministerios de primera y de segunda, privilegios, etc. Una iglesia sin ghettos, es la de Jesús, es la de la revelación donde todos son consagrados y sacerdotes por el bautismo, donde todos privilegian al ser humano especialmente al excluido… Una iglesia con ghetto y un lenguaje de esa índole es “un sistema totalitario (…) mientras que la Iglesia de Jesús es una comunidad de hijos e hijas de Dios.
- Cambio comunitario: “crear espacios eclesiales que ayuden a discernir la voluntad histórica de Dios, a acompañar críticamente las nuevas culturas emergentes y a sostener la participación de los creyentes en los movimientos de humanización” (Perea , Joaquín & González Faus, José & Torres Queiruga, Andrés & Vitoria, Javier, 2012, pág. 72)
- Cambio catequético pastoral: superar la mentalidad sacramentalista de la pastoral y la catequesis. Para retomar la mirada mistagógica que vive el tiempo como un kairos (tiempo de Dios) donde se manifiesta y revela. Vislumbrar a la catequesis como ese proceso de maduración y crecimiento comunitario-eclesial para encontrarle sentido a la vida desde Jesús (CEA – JEP, 1988) (#50-51) y que los sacramentos son “signos” no fines en sí mismo.
- Cambio teológico: Dios es mayor que la iglesia, el reino es prioridad, la comunidad es necesitada de reforma y no se identifica con la jerarquía ni con ningún partido (Víctor Codina). Es la iglesia que habla más del Reino que de si misma (Pironio, Eduardo Francisco, 1986).
La iglesia que vive al Dios condescendiente, concomitante, que distribuye, que no es posesión de algunos ni de muchos… es la que clama contra ghetto y vive en gratuidad, con fidelidad crítica.
Plegaria
En esta oportunidad queremos rezar con una oración que formó parte de las primeras comunidades cristianas que se encuentra en la Didajé:
Acuérdate, Señor, de tu iglesia, para librarla de todo mal y para completarla en tu amor.
¡Reúnela de los cuatro vientos del cielo, porque ha sido santificada para el reino que le has preparado;
porque a Ti solo pertenece el poder y la gloria por los siglos de los siglos!
Permitid que los profetas den las gracias libremente (Didajé, 2024) (X, 5-7)
Felices desde la Pascua de la Vida Nueva…
Bibliografía
CEA – JEP. (1988). ‘Juntos para una evangelización permanente’. Buenos Aires: Oficina del Libro.
Concilio Vaticano II – DV. (18 de Noviembre de 1965).
Curia, Christian. (2022). ‘Una aventura maravillosa’. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: PPC – Bonum.
Didajé. (2024).
Perea , Joaquín & González Faus, José & Torres Queiruga, Andrés & Vitoria, Javier. (2012). ‘Clamor contra el gueto. Textos sobre la crisis en la iglesia’. Madrid: Trotta.
Pironio, Eduardo Francisco. (1986). ‘Diálogo con laicos’. Buenos Aires: Patria Grande.
Pujol, Jaime; Domingo, Francisco; Gil, Anastacio & Blanco, Mateo. (2001). ‘Introducción a la Pedagogía de la fe’. Navarra: EUNSA.