Somos gente nueva viviendo en unión, somos nueva semilla de liberación.
Somos pueblo nuevo viviendo en amor, somos comunidad, pueblo del Señor
Vengan ustedes, los que quieren que las cosas sean nuevas y tengamos una nueva sociedad,
hombres libres por Cristo liberados luchando todos juntos por la gran liberación (Somos gente nueva, 2020)
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Continuamos “Haciendo eco” (Catequesis) sobre la santidad como presencia, acción y participación en el Misterio de la Trinidad (Curia, Christian, 2023)
Pueblo Universalmente Santo
La santidad primordial, al ser concomitante/sinodal, transforma todo en santo. Pedro, nos recuerda afirmando que somos “linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido” (1 Ped. 2,9). A simple contemplación esta cita provoca ruptura y confusión. En primer lugar, porque el término linaje no es entendido como se lo utiliza habitualmente. En las sociedades de castas estamentales, se relaciona con la supuesta “ilustre y distinguida” ascendencia que tiene un individuo (a veces un poco exagerada para mantener el estatus).
En este texto de la Escritura, esa estirpe está vinculada con una elección, con quien escoge para ser su descendencia. Es una acción escandalosa, porque amplía los parámetros de pertenencia: los miembros no son “solo” los que vienen por una línea sanguínea, sino que todos son integrados, incluidos y convocados. Quienes sí tienen un rol destacado son los “pobres de Yahveh”, como la identidad de la universalidad santa.
Todo lo que brota del “Santo, santo, santo”, participa de esa vertiente. Lo Sublime está presente en su obra, especialmente con todo ser humano, por lo tanto, el pueblo universalmente santo es fruto de la acción de Dios y que está constituido por la humanidad que ya está redimida, santificada por Cristo Cabeza.
Pueblo Sacerdotalmente Santo
Con la expresión sacerdocio real vuelve a romper un paradigma socio – político, porque no siempre fueron sinónimos. De hecho, podemos constatar que, en algunas civilizaciones y organizaciones más antiguas, ambos formaban parte de dos estamentos diferentes. Aquí, nuevamente la mediación de la Palabra de Dios nos invita a una ruptura ontológica, porque todos los miembros de esta comunidad somos santos sacerdotes y reyes. En terminologías más modernas, podríamos afirmar que todas las personas que integran este pueblo son a su vez, intercesores y conductores, animadores y guías, es decir, protagonistas… ¡¡¡No delegados de ninguna jerarquía!!!
Por lo tanto, es fundamental, que la eclesiología haga patente la santidad sacerdotal de cada uno de los integrantes de este pueblo. Esto implica que todo bautizado es corresponsable en la conducción, animación y pastoreo de la misma comunidad santificada.
Asamblea y Koinonia Santas
Iglesia es una expresión que manifiesta una asamblea convocada. En la democracia ateniense de Solón en el s. VI aC., la ekklesia es en donde los varones que habían prestado un servicio en lo militar y que eran hijos de atenienses podían participar para debatir y elegir a las autoridades o funciones que la Polis necesitaba.
Al incorporar esta experiencia a las comunidades cristianas, se asume el sentido de asamblea, pero ampliando a todos, no a un grupito, la participación. Vivencia que retoma el Vaticano II al hablar de colegiabilidad y sinodalidad/conciliaridad.
Iglesia como signo de comunión (Koinonia), es testimonio de un pueblo reunido por la Trinidad Santa (Concilio Vaticano II – LG, 1964)(# 4). La ekklesia encuentra su prototipo en esa fuente, se reúne en torno y tiende a ella como a su fin, afirma Lucio Gera cuando reflexiona sobre la iglesia, porque la atrae constantemente, porque es en este misterio donde encuentra su origen, paradigma y meta (Azcuzy, Virginia & Caamaño, José Carlos & Galli, Carlos María, 2015, pág. 129).
Descentralización Santa
Iglesia es misterio y sacramento de lo que Dios realiza. Términos reestablecidos por el Concilio Vaticano II en la Constitución Dogmática “Luz de los pueblos” o Lumen Gentium (LG). Es decir, que la ekklesia es tal cuando manifiesta y hace visible la ágape del Santo para con la humanidad e invita a una acogida. La asamblea es Sacramento, porque es “signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano” redimido (LG 1), y porque habla de la acción de Dios y no se pone en el centro.
Ser Iglesia es una realidad trascendente y extra limítrofe, por lo tanto, supera las dimensiones de un trazado territorial, cultural o religioso. Al ser pueblo de Dios, ella está integrada por todas las personas y pueblos. La pertenencia se remonta a los orígenes y finalizará, como realización histórica, en la Parusía. En términos del Concilio Vaticano II, esta realidad subsiste en una expresión religiosa (LG 8), y podemos encontrar elementos de santidad fuera de esa expresión, porque “el pueblo de Dios está presente en todos los pueblos de la tierra” (LG 13).
Unidad Santa
Por lo general, cuando se hace referencia a la unidad se suele entender como uniformidad, como que todos “tienen que ser católicos, tienen que venir a la iglesia”… La Revelación de la Trinidad y el Concilio Vaticano II rompen esa perspectiva porque ser iglesia, sostenida por la santidad ontológica, es estar unidos a todos los pueblos y personas sean cuales sean sus creencias (LG. 13 – 17) y opciones personales, asumiendo los gozos, esperanzas, angustias, tristezas, anhelos de todas ellas, respetando la libertad de conciencia (Concilio Vaticano II – GS, 1965) (#1; 16)y religiosa (Concilio Vaticano II – DH, 1965):
“Todos los hombres son llamados a esta unidad católica del Pueblo de Dios, que simboliza y promueve paz universal, y a ella pertenecen o se ordenan de diversos modos, sea los fieles católicos, sea los demás creyentes en Cristo, sea también todos los hombres en general, por la gracia de Dios llamados a la salvación” (LG. 13)
Celebración Santa
Iglesia es ser comunidad que celebra la acción del tres veces Santo en la vida cotidiana. Creyendo que lo sublime ya está actuando. Es por ello, que determinadas expresiones religiosas, nos congregamos para agradecer esas hazañas. El pueblo de Israel proclama la sublime victoria de Yahveh (Ex. 15, 21). Para el pueblo islámico, tanto sea de forma particular o comunitaria, realizan acciones de culto para agradecer la intervención de Al-lah y con ellas “los autores espirituales y místicos ven en la repetición regular de la oración ritual la preparación de todo el ser, cuerpo y alma, para vivir día y noche en un estado de oración y de orientación constante hacia la única verdadera alquibla (orientación), Dios” (Gaspar, Robert, 1990, pág. 55).
Los cristianos, celebramos la ternura y fidelidad de Dios realizada en Jesús. En el caso de quienes estamos en el denominado rito latino, estas celebraciones tienen su centro en la eucarística como meta y cumbre de la vida cristiana y como evidencia de la Santidad de Dios, por eso agradecemos al Padre/Madre por el Hijo en comunión con el Espíritu.
Suplencia Santa
La santidad del pueblo fortalece, nutre y suple nuestra debilidad en el caminar. Es la comunidad quien celebra los signos sensibles y eficaces de la Gracia brindándonos participar de la comunión de los santos, porque ya somos parte de la “familia santa” (CEA, Misal Romano Cotidiano, 2011, pág. 916), viviendo en amistad con la Trinidad: “Y a todos nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino” (CEA, Misal Romano Cotidiano, 2011, pág. 937)
Considerada así la iglesia es santa porque es signo de la comunión trinitaria y porque toda ella está compuesta de seres santos y santificados. Esta santidad no anula la libre decisión de cada uno en rechazar o en realizar actos contrarios al amor. Sin embargo, a pesar de esas situaciones, la ágape santa sigue siendo ofrecimiento que transforma… y la fe de la Iglesia suple y acompaña nuestra fragilidad.
Una Iglesia santa es universal, sacerdotal, vive en comunión, favorece la unidad con las personas, acompaña también en la debilidad y, sobre todo, vive la descentralización de si misma: porque el centro del mensaje es la Revelación de la Trinidad y la persona en su situación concreta.
Plegaria
En esta oportunidad compartimos el texto de la canción inicial de esta columna:
Somos gente nueva viviendo en unión, somos nueva semilla de liberación.
Somos pueblo nuevo viviendo en amor, somos comunidad, pueblo del Señor
Voy a invitar a mis hermanos trabajadores, obreros, cosecheros, campesinos y otros más;
y juntos vamos celebrando la esperanza, nuestra lucha y la confianza de tener tierra, pan y paz.
Voy a invitar a las mujeres de mi pueblo, las que luchan día y noche procurando por su pan.
Y reunidos formando comunidades construir un mundo nuevo donde no haya más dolor.
Vengan ustedes, los que quieren que las cosas sean nuevas y tengamos una nueva sociedad,
hombres libres por Cristo liberados luchando todos juntos por la gran liberación.
Voy a pedir a María, nuestra Madre, que acompañe a nuestro pueblo en su duro caminar.
Voy a pedir al Espíritu de Cristo que en la lucha junto al pobre no nos deje descansar..
Felices desde la Pascua de la Vida Nueva…
Bibliografía
Azcuzy, Virginia & Caamaño, José Carlos & Galli, Carlos María. (2015). La eclesiología del Concilio Vaticano II. Memoria, Reforma y Profecía, Ágape, Bs. As., 2015, pág. 129. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Ágape.
CEA, Misal Romano Cotidiano. (2011). Misal Romano Cotidiano. Buenos Aires: Oficina del Libro.
Concilio Vaticano II – Dignitatis Humanae. (07 de Diciembre de 1965). vatican.va. Obtenido de https://www.vatican.va
Concilio Vaticano II – Gaudium et Spes. (12 de Diciembre de 1965). https://www.vatican.va.
Concilio Vaticano II – Lumen Gentium. (21 de Noviembre de 1964). https://www.vatican.va.
Curia, Christian. (01 de Noviembre de 2023). Obtenido de https://www.vidanuevadigital.com/tribuna/alabada-seas-trinidad-santa-porque-somos-santos-y-sinodales-como-vos/Gaspar, Robert. (1990). Para una visión cristiana del Islam. Santander: Sal Terrae.
Somos gente nueva. (2020). Obtenido de https://www.youtube.com