Podía ser una inocentada, porque sucedió el pasado 28 de diciembre, y ya sabemos en España, al menos, cómo se vive esta jornada rodeada de bromas. Esta tardía jornada del año 2022 me traería el regalo, el cual no puedo dejar de compartir contigo, de vivir una peregrinación a Fátima, en familia, una que va más allá de la sangre, donde una imagen del final del día resumiría lo vivido, lo cual, dicho sea de paso, tenía un trasfondo totalmente vocacional.
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¿Qué pasó?
Te lo cuento. Javier tiene un móvil sin posibilidad de llamada ni mensajería instantánea (es pequeño para eso, porque solo tiene ahora 12 años), antiguo pero que le permite jugar. Quiso, de cara a volver a Badajoz desde Fátima, pensando en el viaje en autobús, cargarlo. Así las cosas, pidiendo permiso al vigilante, enchufó el móvil en San Martín, en Fátima. Al verlo “enchufado”, cargándose para volver y “seguir jugando”, me vino: “Eso es lo que hoy, a mí me ha pasado. Me he enchufado, metafórica y REALMENTE hablando, y me estoy cargando”. Os preguntaréis, ¿enchufado a qué y cargado de qué?
De qué va a ser…
Del SÍ de María, en este caso en Fátima… De la sencillez de unos pequeños pastores, Lucía, Jacinta y Francisco, que pusieron en Ella toda su confianza… De que el sentido de nuestra vida nos viene del servicio a los demás, vivido y concretado en esa jornada de peregrinación en la oración:
- por los seminaristas que acompañábamos desde nuestra delegación diocesana de vocaciones;
- por un mundo que necesita tanto del Amor de Dios;
- por necesidades que nos presentaron muchas personas e incluso instituciones que nos hicieron llegar al saber de nuestra peregrinación;
- por el papa Benedicto XVI, tal y como pidió el papa Francisco esa mañana…
Y, ¿cómo fue?
Esta acción pastoral fue gracias, en primer lugar, a la valentía de unos jóvenes que se están planteando su vida muy seriamente, que no tristemente (menuda alegría y ambientazo se dio en el grupo), a la luz de Jesús y su Evangelio. En segundo lugar, gracias a una comunidad que, desde distintas vocaciones, les acompañábamos y cuidábamos para que pudieran seguir profundizando, en pleno tiempo de Navidad, en lo que Dios quiere de ellos, independientemente del resultado, ya que se tiene claro que el objetivo es ofrecer un proceso de calidad para que, en sinceridad con ellos mismos, con Dios y con un mundo que les necesita y cuenta con ellos, sepan cuál es la vocación que van intuyendo que va a permitirles concretar su proyecto personal de vida.
Todo se dio en un ambiente que es en el que Dios quiere que tengan lugar los procesos vocacionales, en familia, en comunidad, para saber así que están acompañados para esos momentos difíciles que tocará vivir, pero que cuando uno y cada una se siente apoyado o apoyada, se hace con más ilusión y con más seguridad.
Enchufado y cargado…
Enchufado y cargado terminó el móvil de Javier, nombre misionero por excelencia, para seguir “jugando” en su regreso… Y así terminamos, enchufados y cargados, todos los peregrinos a Fátima, que veníamos desde Mérida-Badajoz, también en nuestro proceso vocacional…
¿Y tú? ¿Te “enchufas”? Si es así, ¿a qué “te enchufas”? ¿Te carga o no? Vivir “enchufado” a Jesús y por lo tanto al Dios Amor, como María, carga y no veas cómo, de qué manera…
Anímate… Y ya sabes… Por si puedes: “Fátima enchufa… Y carga…”