El turbante de color enmarca el rostro de Feride Funda G-Gencaslan, una joven que trae al mundo palabras de paz. Llama la atención por su determinación, que no pasa desapercibida para los hombres. Habla con la dulzura y la fuerza de alguien que sabe lo que está haciendo y por qué lo está haciendo. La conocí durante la asamblea mundial de Religions for Peace, en el lago de Constanza, en Lindau, en la Baviera alemana. Desde entonces no hemos perdido el contacto.
- Descargar suplemento Donne Chiesa Mondo completo (PDF)
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Feride nació en Berlín. Es hija de inmigrantes turcos, musulmanes practicantes, pero no demasiado. Creció en un entorno moderno y se interesó por todas las religiones. A los 14 años se apasionó por el budismo, impresionada por la figura del Dalai Lama. Tocaba el bajo en una banda de rock y actuaba en una compañía de teatro.
En el camino, se acercó a la religión de sus orígenes creciendo en la fe en Allah Todopoderoso, pero había algo que no la convencía a nivel institucional sobre cómo se presentan los derechos de las mujeres en el islam. Esa circunstancia la llevó a experimentar un fuerte contraste entre el islam oficial y su sentimiento hacia la religión. Por eso, estudió y buscó explicaciones en los libros.
Con 15 años, todo su mundo cambió al conocer a Mawlana Grandsheikh Nazim El Haqqani Naqshbandi, un maestro espiritual sufí. El maestro Mawlana llegó a Berlín por invitación del hermano de Feride, el futuro jeque Esref Efendi. Sus enseñanzas sobre el camino de la paz atraían a muchos jóvenes que se reunían en la comunidad sufí de Naqshbandi.
Encuentro con la comunidad sufí
El primer encuentro de Feride con la comunidad sufí fue muy impactante, pero “lleno de luz y amor”. Aunque algo todavía la mantenía alejada. Por eso seguía buscando una explicación lógica, no solo una satisfacción emocional, hasta que, en una reunión, el Maestro Mawlana se dirigió directamente a ella: “¡El islam es belleza!”. Este mensaje la conquistó e hizo que abriera su corazón. El sufismo se convirtió para Feride en una comprensión estática y estética.
Durante los años de estudio, escuchó en cintas los discursos del maestro. Hizo copias y los tradujo al alemán para divulgarlos. Era una chica moderna y nadie entendía que estaba experimentando un cambio profundo en su vida espiritual. En la universidad estudiaba Historia del arte y Lingüística, algo que la ayudó en su viaje: “Alá Todopoderoso me habla a través de lo que más quiero, el arte”.
Pasaba sus días en la comunidad sufí de Berlín, frecuentada por personas de diferentes religiones y así puso en marcha programas de intercambio interreligioso. Por aquel entonces conoció al joven que se convertirá en su marido, Hajji Emrah Gencaslan. Feride solo se cubría la cabeza mientras rezaba.
Tras graduarse, se casaron y decidieron irse a vivir a la comunidad sufí, dedicando sus vidas a la espiritualidad y a la asistencia a los más necesitados. Feride me explica con una gran firmeza mezclada con ternura: “Hemos hecho una elección de vida que es ayudar a las personas a vivir su fe, pase lo que pase. Nos basta con ayudarles a vivir una profunda vida espiritual. Y tratamos de mostrarles la forma sufí de vivir en paz con su fe, consigo mismos, con un corazón ligero y luminoso. Nos dirigimos a personas de fe heridas por la vida que han perdido la voluntad de creer”. Decidieron cubrirse la cabeza, tanto ella como su marido, como pide el Corán y el maestro Mawlana, un símbolo del islam y protección contra el mal.
A través de la belleza
Ahora Feride es presidente del Centro Sufí Rabbania y portavoz de la orden Naqshabandi. Puede hablar oficialmente en público sobre la fe y el sufismo. Pocas mujeres lo hacen y ella es su representante. Está comprometida con los pobres y organiza eventos en todo el mundo con el jeque en los que presenta la danza sufí como una forma de oración.
“Como mujer, me siento muy apoyada por mi comunidad y por el jeque Esref Efendi. Dice que hombres y mujeres debemos expresar nuestros talentos. Allah nos da talentos y prohibir la participación de las mujeres significaría prohibir a Allah Todopoderoso. Hay mucha gente que no me respeta en mi rol, pero tengo una tarea y la tengo que llevar a cabo en todo el mundo, más allá de comentarios o gestos irrespetuosos. Mi autoridad viene de arriba y tengo que vivirla plenamente”.
En el 2020 Feride fue jurado en la edición número 23 del Religion Today Film Festival, forma parte de Women of Faith for Peace y es promotora de la semana de oración de las religiones por el medio ambiente en Alemania. Su mirada clara es fuente de inspiración: “Puedes encontrar felicidad y satisfacción practicando tu fe cuando miras a través del prisma de la belleza. Se trata de practicar la belleza, de aprender a mirar la belleza y de encontrar la belleza escondida en cada rincón de la Creación”.
*Artículo original publicado en el número de mayo de 2021 de Donne Chiesa Mondo. Traducción de Vida Nueva