ANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma
Prefecto de la Casa Pontificia, es un hombre discreto a pesar de que sabe que, siempre que aparece en público, muchos ojos –especialmente femeninos– se fijan en él. Lo lleva con admirable paciencia.
Él sigue en su doble tarea: ser el ángel guardián del papa emérito, Benedicto XVI, y asistir a su sucesor en todas sus actividades públicas. También encuentra tiempo de vez en cuando para otras actividades. Asistió, por ejemplo, a la presentación de un CD de la Deutsche Grammophon con músicas de la Capilla Sixtina. No en vano es un alemán de pura cepa.
En el nº 2.958 de Vida Nueva