Es la primera frase que vemos en el ‘Instrumentum laboris’ que se ha presentado hoy. Define bien lo que estamos viviendo. Un viaje eclesial que nos está ayudando a mirar hacia el pasado para aprender, y que nos señala el camino hacia el futuro que debemos recorrer y cómo hacerlo.
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Algunas personas albergaban suspicacias sobre este documento porque llevaba, decían, demasiados filtros. Razón no les faltaba porque las experiencias pasadas apuntaban hacia ahí. Sin embargo, ahora vemos que la dirección, el tono, y las posibilidades para un futuro sinodal en la Iglesia, están reflejadas sin cortapisas.
Todo el documento en sí es importante, pero si tengo que resaltar algo, decido resaltar las fichas para el trabajo de la Asamblea de octubre en Roma. Ni un tema de los tenidos por ‘espinosos’ se ha dejado de lado y, además, se han abordado de forma nítida. Ni una sola pregunta tiene un matiz que pueda hacer sospechar que se dirige la respuesta.
Gestos de humildad
No estamos ante un documento que se conforma con decir que ‘habría que…’, ‘sería bueno que…’, al contrario, estamos ante un documento que directamente dice: ‘¿cómo hacer…?’ Es decir no busca un brindis al sol, busca respuestas muy concretas a las cuestiones que se han planteado en la fase diocesana y continental del Sínodo, señalando aquellas que han destacado en todo el mundo. Sorprenderán algunas preguntas no solo porque representan un gran paso adelante, sino porque, implícitamente, apuntan gestos de humildad ante determinadas formas de actuación que ahora se reconocen erróneas.
Es la voz del pueblo de Dios la que resuena, es la voz de la Iglesia comunión, es la voz que empieza a renovar el lenguaje caduco que no conectaba, por otro que nos permitirá acercar el mensaje incluso dentro de la propia Iglesia. Y, ¡bendito sea Dios!, todos los temas son abordados desde un lenguaje positivo.
En octubre de 2021, cuando comenzó el Sínodo, nadie nos podíamos imaginar los cambios que íbamos a vivir en este viaje que iniciábamos con temor y temblor. Ahora toca que quienes vayan a la Asamblea de octubre, hablen libremente, y actúen sin miedo. El viaje continúa. ¡Enhorabuena!