Tribuna

Invertir según el plan de Dios

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La Iglesia propone unas medidas basadas en la fe a partir de la enseñanza de la Sagrada Escritura y de la doctrina social católica para ayudar a ejercer una inversión financiera responsable y coherente con un desarrollo humano integral. Estas medidas significan unas buenas medidas (‘Mensuram bonam’) que tienen muchas implicaciones prácticas.



A partir de ahí, se plantea invertir desde la fe: un enfoque de la inversión financiera basada en la fe trata de encontrar el equilibrio entre la gestión prudente de los recursos para financiar la misión de la entidad inversora y la inversión que refleje su identidad católica, su fe y su misión. La primera responsabilidad no debe sustituir a la segunda. En otras palabras, algunos instrumentos y formas de inversión, debido a sus características inherentes, son inadecuados para combinar el uso del capital con la promoción del bien común (cf. MB,42)

La persona en el centro de toda actividad económica y financiera: la Iglesia ofrece una doctrina social que sitúa a la persona en el centro de toda actividad, de toda realidad teniendo como referencia la sostenibilidad, la ecología integral, la justicia social, la atención a los más pobres y el cuidado de la casa común.

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Los principios y valores de la Doctrina Social de la Iglesia que se han citado son una referencia práctica y una cultura de inversión que combina la competencia técnica en las inversiones con los principios éticos cristianos. Ello supone que las instituciones católicas se enfrentan a una doble responsabilidad:

  • el deber profesional de gestionar sus recursos con prudencia y financiar cuidadosamente los programas a través de los cuales se realiza su misión; y,
  • por otra parte, el deber moral de alinear sus prácticas de inversión con el desarrollo humano integral y el plan de Dios.

Existen prácticas, herramientas y métodos que ayudan a realizar una inversión alineada con la fe que puede tener enfoques diversos. Desde una inversión a través de fondos de inversión que protege la ESG (inversión socialmente responsable), la inversión de impacto (inversión que impulsa en I+D en empresas sociales, en segmentos éticos de la economía, que promueve el desarrollo humano integral), el “enfoque de los mejores de la clase” (innovadores y ejemplares en función de prioridades éticas).

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