Tribuna

John Henry Newman, santo y profeta también en Venezuela

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Pareciera que es una costumbre que el Papa promulgue nuevos santos durante los sínodos. Al menos, así ha sido en los que he participado. En esta ocasión, octubre de 2019, Francisco canonizó el pasado día 13 a cinco beatos: cuatro mujeres –tres religiosas y una laica– y el cardenal John Henry Newman, uno de los personajes más interesantes y controvertidos del siglo XIX inglés.

Canonización del cardenal John Henry Newman

Una mujer fotografía con el móvil al cardenal John Henry Newman durante su canonización en Roma

Nacido en 1801 y muerto en 1890, se formó como era natural en su tierra en el anglicanismo. Hijo de una familia más bien acomodada, tuvo la suerte de recibir una buena educación inicial y una formación religiosa de hondura. Se graduó y ordenó sacerdote en el anglicanismo.

Hombre de pensamiento y de hurgar en la Sagrada Escritura y los Santos Padres, le llevó a una búsqueda de la unidad de la fe cristiana, terminando en su conversión al catolicismo, en medio de un siglo nada propicio a este tipo de mutaciones.

Cuatro visitas a Roma

Visitó cuatro veces Roma. La primera, como anglicano, le permitió contemplar las bellezas de la Ciudad Eterna y, a su vez, con espíritu crítico, darse cuenta de las sombras que encierra la historia y vida de esta singular ciudad. Volvió a Roma, como seminarista católico, siendo ya un intelectual y profesional, y recibió allí la ordenación sacerdotal en 1847. Entró entonces en contacto con el Oratorio de San Felipe Neri y quedó prendado de su carisma, lo que le llevó a fundarlo en Inglaterra.

En esta época escribió mucho y fue un sacerdote muy apreciado por su ecuanimidad. Siendo converso, no despreció su pasado ni se manifestó con un integrismo que siempre estuvo lejano a su pensamiento y acción.

En 1879, el papa León XIII, recién elegido, le nombró cardenal sin recibir la ordenación episcopal ni residir en Roma. Permaneció como fiel oratoriano hasta su muerte, el 11 de agosto de 1890.

Su pensamiento teológico contribuyó de manera significativa a la vida intelectual de la Iglesia, tanto anglicana como católica. Se le puede considerar auténtico profeta, pues muchos de sus afirmaciones y actuaciones, no siempre bien vistas por unos y otros, tienen una gran actualidad. En su tumba quiso que pusieran su camino de fe: “Desde las sombras y las imágenes a la verdad”.

Benedicto XVI le elevó a los altares como beato en Birmingham en el año 2010, y ahora Francisco le hace santo para que ilumine los tiempos recios que vive la humanidad con la claridad, sencillez y humor de este singular santo inglés. Vale la pena conocer, rumiar y seguir sus huellas.

¿Un familiar en Venezuela?

En Mérida (Venezuela), procedente de los pueblos del Sur, está extendido el apellido Newman. Hombres y mujeres altos, catires, apuestos, han dado lustre a tan extraño apellido en nuestras tierras. La tradición oral afirma que a esos remotos parajes llegó en el último cuarto del siglo XIX un familiar, probablemente hermano del cardenal, y se instaló allí. Huía de la persecución religiosa que imperaba en tierras británicas.

Ahora podrán tener el orgullo de llevar la sangre de un santo de tal calibre como el del cardenal John Henry Newman. Deberíamos promover una celebración especial en Mérida con motivo de su canonización.